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El 88,4 % de los alumnos aprobaron bachillerato en el curso 2019-2020

Los centros atribuyen el aumento de 4,3 puntos respecto al año anterior a la flexibilización de los criterios de promoción por el confinamiento

Unas alumnas salen del instituto tras acabar las clases. | GERMÁN CABALLERO

Un 88,4 % de los alumnos de segundo de bachillerato ordinario en la Comunitat Valenciana aprobaron el curso en el año 2019-2020 en pleno auge de la pandemia y con un confinamiento de por medio. Es la cifra que se extrae de los datos publicados por el Ministerio de Educación, que también revelan que la autonomía se encuentra por debajo de la media nacional, que se sitúa en un 91,8 % de promocionados. Solo la valenciana, la ciudad de Melilla y Murcia tienen unos datos de aprobados por debajo del 90 %. En contra, y en lo alto de la pirámide de toda España está Ceuta, con 96,3 % de alumnos aptos en 2019-2020.

Se trata, en el caso de la Comunitat, de un aumento de 4,3 puntos respecto a los datos del año anterior, 2018-2019, en el que la cifra porcentual de aprobados en el último curso de bachillerato fue de 84,1 %. El año de la pandemia significó un volumen de subida que no se veía desde hacía más de una década, según los datos del departamento que ahora dirige Pilar Alegría, pues en los últimos años las cifras no habían aumentado más de un punto, a excepción del curso 2015-2016, que experimentó un aumento de 3,6.

A nivel nacional, el dato del curso 2019-2020 se traduce en un incremento, en tan solo un ejercicio, de 8,5 puntos respecto al 2018-2019, cuando el porcentaje de promocionados era de 83,3 % (en la Comunitat un 84,1 %).

Los motivos de esta subida en el año en el que estalló la pandemia son diversos. El director del IES Benicalap, en València, Alexandre Gironés, explica que las instrucciones que llegaron a los centros durante la cuarentena fueron «flexibilizar los criterios de promoción, por lo que es natural que las notas mejoren». Estas concesiones, que se hicieron públicas por el Ministerio de Educación, entonces con Isabel Celaá a la cabeza, consistieron —en el caso de segundo de bachillerato— en valorar la primera y la segunda evaluación y dejar la tercera a criterio del profesorado según el «grado de madurez» del estudiante y la consideración global de la actividad del curso. «Las indicaciones eran que en la tercera evaluación no se debía perjudicar al alumno, que tenía que servir para mejorar los resultados».

Uno de los requisitos en un curso normal es tener todas las asignaturas aprobadas para obtener el título, en cambio, el año pasado se permitió pasar con varias áreas pendientes.

Mejor calidad, menos ratios

Gironés matiza que aunque los aprobados se vean de forma cuantitativa, la calidad es difícil de medir. Con todo, detalla que este último curso (2020-2021) se han reducido las ratios por la obligación de mantener distancia de 1,5 metros entre personas. «Esto siempre es una mejora de la calidad educativa», explica. Así, «aunque todavía no están los datos globales de la Comunitat, en nuestro caso podemos decir que este año también ha habido buenos resultados, creo que debido a los dos factores, al tema de la permisividad en la evaluación y la bajada de ratios, que mejora cualitativamente la enseñanza», opina. Han sido «años duros» y reconoce Gironés que con las dificultades, el alumnado lo ha hecho «lo mejor que ha podido».

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