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Las dudas del QR para tomar café

Consideran que presenta lagunas a nivel ético y a nivel sanitario podría ser contraproducente

Uno de los usos que se estudian para el certificado covid es la entrada en grandes eventos. | EDUARDO RIPOLL

Un código QR es una especie de código de barras bidimensionales en forma de matriz que sirve para almacenar información. Por ejemplo, si se está o no vacunado contra la covid, si se ha contagiado de esta en los últimos seis meses o si tiene una prueba que acredite que es negativo en la infección de este virus. Es lo que se conoce como certificado o pasaporte covid y su uso más allá de la posibilidad de viajar genera muchas dudas entre los expertos.

Canarias y Galicia ya lo han implantado para algunas actividades como la hostelería, pero desde la Comunitat Valenciana, Ximo Puig ha asegurado que no se va a poner en marcha hasta que no se haya ofrecido la vacunación a todas las personas. Esta primera posibilidad es el condicionante por el que comienza el vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología, José Tuells.

«De momento sería discriminatorio», argumenta al haber gente que no se ha vacunado porque no se le ha dado todavía la posibilidad. «Puede ser una buena medida para fomentar el turismo entre países o animar a la vacunación en otros lugares donde hay más gente reacia,pero aquí no hay reticencia a las vacunas», expresa el director de la Cátedra Balmis de Vacunología de la Universidad de Alicante.

Opinión similar es la de Jaime Jesús Pérez, vocal de la Asociación de Vacunología, quien pide «esperar un poco» para ver qué porcentaje de la población acaba vacunándose. «De momento la gente se quiere vacunar de forma masiva y no sería necesario, si eso no fuera así, se podría plantear porque todos tendríamos que tener derecho a que nuestra salud no esté en peligro», argumenta.

Contrario a estirar los usos del certificado covid hasta que sea necesario para actividades como tomar un café o acudir al cine es Salvador Peiró, especialista en Salud Pública de la Fundación Fisabio. «Los vacunados, aunque menos, y aunque generen menos casos graves, pueden contagiarse y contagiar», señala al tiempo que considera que podría tener un efecto contradictorio al «dar la falsa sensación de seguridad». En este punto insiste que sería práctico insistir en la ventilación.

Por último, el catedrático de Inmunoparasitología de la Universitat de València, Rafael Toledo, cree que actualmente se daría el problema ético de que no todos han tenido la oportunida de vacunarse y que cuando se solucione esto «no va a ser necesario a nivel sanitario». «Cuando lleguemos al 90 % de personas vacunadas no tendrá sentido», indica. Asimismo, añade que con el avance de la inmunización ha de recorrerse «una tendencia hacia la normalización de la situación porque la vacuna funciona y pedir un certificado no contribuye».

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