Las áreas de clima desértico se caracterizan por la aridez, las precipitaciones son inferiores a 150 mm, pero en algunos lugares la media anual es inferior a 10 mm (1,6 mm a Iquique, Chile). El clima de los desiertos se puede clasificar según Köppen en cálido (temperatura media anual superior a 18ºC) o frío (temperatura inferior a 18ºC). Sin embargo debemos tener en cuenta la amplitud térmica anual y la temperatura media del mes más frío para caracterizar mejor el clima de estas zonas del planeta. En principio no se considera como clima desértico el clima de la zona interior de la Antártida a pesar de ser la zona más seca del planeta ni tampoco el área ártica, donde la precipitación es más abundante, estas zonas polares tienen un clima ártico según la clasificación de Köppen. Los desiertos litorales a menudo están afectados por corrientes frías y pese a estar en latitudes bajas pueden tener temperaturas medias relativamente bajas, como la costa de Namibia afectada por la corriente fría de Benguela, o la costa entre Chile y Perú bañada por la corriente fría de Humboldt. En estas zonas litorales la amplitud térmica es baja y el mes más frío tiene una temperatura media superior a 14ºC, pero la temperatura media del mes más cálido es inferior a 22ºC, son desiertos cálidos pero con temperaturas relativamente suaves, con poca oscilación térmica. En cambio los desiertos situados en el interior de los continentes tienen amplitudes muy fuertes con veranos muy cálidos, donde se registran tanto las temperaturas medias más altas del planeta como las temperaturas máximas de la Tierra. Un ejemplo es el Valle de la Muerte, situado en California, a 36ºN, donde la temperatura media del mes más cálido, julio, es de 39ºC, y la máxima absoluta es también la del planeta, 56,6ºC. Otra característica de los climas desérticos es la abundante insolación, la extremada variabilidad de la precipitación y la fuerte amplitud térmica diaria que en algunos lugares de México supera los 35ºC en promedio anual.