Si algo ha quedado constatado en esta última ola de la covid es que la vacunación no impide el contagio. Prácticamente todo el mundo conoce a algún inmunizado que ha dado positivo. Es entonces cuando aparecen las dudas, las desafecciones y hasta la pregunta de la desesperación, manos en la cabeza, del «¿entonces para qué vacunarse?». A todo ello responde con un «los datos son machacantes» Antonio Carmona, investigador de Fisabio del Área de Vacunas y coordinador científico del proyecto Covidrive que estudiará la efectividad de los sueros contra la covid en 10 países a nivel europeo.

«Es absurdo dudar de las vacunas porque no impidan de manera total el contagio, los datos de hospitalizaciones y muertes están ahí y son machacantes», explica Carmona. En estas cifras, señala, «se ve que hay una gran diferencia en la tasa de vacunados y no vacunados en hospitalizaciones y defunciones». Pone de ejemplo la actual oleada del virus: «Pese a tener un nivel similar de contagios al de olas anteriores, las hospitalizaciones y las defunciones se han reducido mucho más y el factor diferencial es la vacuna, sobre todo la vulnerable y la de riesgo».

La experiencia de la gripe

El proyecto Covidrive se edificará sobre los pilares de la experiencia que Fisabio ya cuenta desde 2017 examinando la efectividad en la vacuna de la gripe. «El salto de infraestructura de la gripe al covid no es por el tipo de vacuna porque es como comparar peras con manzanas, sino por la sintomatología de la enfermedad, muy similar al acudir al hospital», asegura el investigador.

Ese será el primer punto de estudio, la efectividad para evitar la enfermedad grave que derive en ingreso hospitalario «porque —explica— ahora mismo las hospitalizaciones son el principal problema que causa el covid con la amenaza que supone la sobrecarga del sistema». Para ello contará con una red hospitalaria de hasta en 10 países, aunque comenzará la segunda quincena con pacientes propios de Fisabio, hospitales en España e Italia a los que se irán uniendo progresivamente otros. De momento, se estudiarán las vacunas de Janssen y AstraZeneca, las dos compañías que forman parte del consorcio público-privado que tienen su suero contra la covid comercializado en Europa, y a esta se añadirá Moderna tras un acuerdo de última hora. De hecho, es el estudio de las efectividades por marcas el que diferencia el proyecto Drive que coordina Fisabio en el caso de la gripe y que se emulará en su versión covid en Covidrive.

«Cadavacuna, de distinto tipo o incluso del mismo según la farmacéutica tiene diferentes efectividades, cada vacuna tiene su tipología, algunas son mejores en prevenir contagios, otras se centran más en impedir la enfermedad grave», indica Carmona quien incide que de momento las vacunas de ARN mensajero se han mostrado como «muy buenas en todo».

No obstante, pese al posible lío de porcentajes y comparaciones, insiste: «Todas tienen muy buenas efectividades, estas vacunas son un hito de la ciencia, si en marzo de 2020 me hubieran dicho que íbamos a tener a estas alturas unas vacunas contra la covid con esta efectividad hubiera apostado a que no». Y remarca: «En un mundo ideal las vacunas serían armas superpoderosas que impedirían todo, pero una vacuna es un método de prevención y es un método de prevención que como todo fármaco no es perfecto, no podemos tener una efectividad de un 100 % porque no existe».

Posible tercera dosis

La investigación que comenzará en las próximas semanas y de la que esperan dar informes cada tres meses permitirá observar la capacidad de las futuras variantes de tener escape vacunal. «Una parte del proyecto es en aquellas personas vacunadas que han contraído la enfermedad ver de qué variante covid se han contagiado por si existe un fallo vacunal», explica Carmona quien destaca que esto hace que todos los centros de la red tengan capacidad de secuenciación genómica.

También servirá de alerta sobre la necesidad o no de la tercera dosis. «Veremos la duración de la protección de las vacunas, hasta ahora la duración es buena, pero llegará un momento en que este efecto se empiece a desvanecer, a partir de ahí es cuando podremos hablar de una dosis de recuerdo, sobre todo, la vulnerable».

Sin embargo, el coordinador científico de Covidrive añade un pero: «Hay que tener en cuenta que esta pandemia es global y antes que las terceras dosis aquí sería importante proteger a otros países donde no ha llegado ni la primera y que podrían generar mutaciones como ya pasó en India con Delta». Sea como fuere, lo más parecido hoy a una máquina del tiempo que acerque la normalidad prepandémica son las vacunas y en su efectividad estará el plutonio necesario para que el condensador de flujo funcione.