La crisis sanitaria provocada por la covid-19 tuvo un gran impacto sobre el sector educativo y obligó a un cierre de escuelas que afectó al 91 % de los estudiantes en todo el mundo.

Ahora, año y medio después del inicio de la pandemia, todavía hay 117 millones de niños y niñas —el equivalente al 7,5 % de la población escolar mundial— que siguen sin poder volver a la escuela, afectados por el cierre total de estas en 18 países, según alerta la Unesco.

«Mientras las escuelas permanezcan cerradas por más tiempo, la repercusión sobre el bienestar y el aprendizaje de los niños y las niñas será más grave y potencialmente irreversible, fundamentalmente para los más vulnerables y marginados», subrayó la subdirectora general de Educación de la Unesco, Stefania Giannini.

La Unesco advierte, además, que los cierres prolongados y repetidos de las aulas y los centros educativos durante los dos últimos años lectivos han provocado la pérdida de aprendizaje y un incremento de la tasa de abandono escolar, afectando de manera desproporcionada a los alumnos más vulnerables.

Por otro lado, cabe recordar que 369 millones de menores dependen de los comedores escolares para mantener una correcta alimentación. Durante la pandemia, y como consecuencia del cierre de los centros escolares, tuvieron que buscar fuentes de nutrición alternativa.

Aumento de la escolarización

La pandemia por la covid-19 ha alterado significativamente el trabajo desarrollado durante los últimos años para mejorar los índices de escolarización en todo el mundo y el acceso a una educación de calidad.

Antes de la pandemia, la matriculación de menores en edad de educación Primaria alcanzó el 91 % en los países en vías de desarrollo.

Sin embargo, todavía hay más de 200 millones de niños y niñas sin acceso a la escuela en todo el mundo.

En este sentido, las Naciones Unidas incluyeron la educación de calidad como uno de los objetivos prioritarios de su Agenda 2030, con el objetivo de garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos.

Hacia la escuela del siglo XXI

En España, la educación se encamina hacia un aprendizaje más inclusivo, personalizado, coeducativo, con ratios más bajas y adaptado al nuevo escenario digital.

Así pues, el Ministerio de Educación movilizó este mismo verano más de 1.185 millones de euros para que las comunidades autónomas los destinen a cuestiones relacionadas con la digitalización en las aulas y el refuerzo educativo para compensar la pandemia en las aulas.

Paralelamente, el próximo curso escolar 2022-2023 tendrá como principal novedad la implantación en las aulas de la nueva Ley de Educación (Lomloe), que persigue la reducción del abandono escolar prematuro, la mejora de la tasa de población que termina la educación obligatoria y la implementación de las TIC en las aulas.

De este modo, la educación en España se enfrenta, en los próximos años, a una serie de retos que determinarán si es capaz de adaptarse a las demandas y necesidades del siglo XXI.