Algo más de una década después de su conformación como coalición estable, de los que lleva ya seis y medio en el gobierno de la Generalitat y de las principales instituciones valencianas, Compromís se abre a la renovación con la salida de uno de sus principales referentes, uno de sus cargos más reconocibles para el gran público tras la vicepresidenta, Mónica Oltra; el alcalde de València, Joan Ribó, o el portavoz en el Congreso, Joan Baldoví.

La marcha de Fran Ferri, que a mediados de enero hará efectiva su renuncia al escaño y a la portavocía de Compromís en las Corts, conocida ayer por la mañana, disparó el pulso de una coalición habituada desde siempre a los sobresaltos, pero que acogió con sorpresa la marcha del portavoz.

Aunque algunas fuentes indican que Ferri, ingeniero industrial de profesión, ya había mostrado en privado sus preferencias por el regreso a la empresa privada, de la que salió con una excedencia hace algo más de diez años para convertirse, con 25, en uno de los diputados más jóvenes que han pisado el parlamento valenciano, en el grupo los diputados trataban de digerir la noticia, no por intuida menos impactante.

Ferri ya amagó hace unos meses en una rueda de prensa con su salida, pero tras al revuelo generado aseguró que dejaría el escaño cuando acabara la legislatura, momento en el que cumpliría 12 años como diputado y ocho de síndic de Compromís.

Sin embargo, el regreso a su anterior puesto de trabajo, un «ofertón» según escribió el síndic socialista, Manolo Mata, (que se queda como el más longevo de la cámara desde 2015 tras la salida de la popular Isabel Bonig y los continuos cambios en Ciudadanos o Podemos) parece ser el detonante del adiós de Ferri.

No abandona la política porque seguirá en la ejecutiva de Més, el antiguo Bloc, de la que forma parte desde el congreso del pasado mes de junio, pero no volverá a la primera línea institucional ni a corto ni a medio plazo, según dijo ayer, y tampoco será candidato de la coalición en las elecciones autonómicas que se celebrarán, salvo adelanto, entre abril y mayo de 2023. Eso sería incoherente con su marcha, señaló.

Llamada a Oltra por la mañana

Ferri reunió a primera hora de ayer al grupo parlamentario, formado por 17 diputados (algunos se conectaron por vía telemática) para comunicarles que abandonaba el escaño. Solo dos asesores estaban al corriente desde hace unos días de la decisión que Ferri tenía ya tomada y que ayer por la mañana comunicó personalmente a la lideresa de la coalición, Mónica Oltra, antes de que comenzara el pleno del Consell, y también al portavoz en el Congreso, Joan Baldoví, a los consellers de Educación, Vicent Marzà y el de Economía y a sus compañeros. Fuentes de Compromís detallan que Ferri, que de profesión es ingeniero industrial, ha tenido que tomar una decisión importante que afectaba a su futuro laboral, y se ha decantado por reingresar en la plaza laboral de la que estaba en excedencia. El síndic dijo por la tarde que ve llegado el momento de «reengancharse».

En el partido aseguran que no hay ninguna causa política detrás de la marcha de Ferri y que su renuncia al escaño, que no al partido, al que seguirá ligado por su cargo en la ejecutiva, es exclusivamente personal. Pero su adiós, que se concretará una vez queden aprobados los presupuestos en las Corts y ya en el nuevo año, ha sobresaltado al partido. Ahora se abre un tiempo de cambios en el grupo parlamentario que tiene que decidir el nombre del nuevo portavoz, aunque el relevo no se conocerá, apuntan, hasta finales del mes de enero.

La coalición tiene como síndics adjuntos a la diputada por Castelló Mònica Àlvaro; la alicantina Aitana Mas y el también parlamentario por València Juan Ponce. Pero Compromís tiene equilibrios internos que cumplir y aunque no está escrito en ningún sitio que el nuevo síndic tenga que salir de las filas del antiguo Bloc, rebautizado en Més, sí hay una especie de código interno que obligaría a respetar el peso del antiguo partido nacionalista, por lo que las fuentes consultadas dan por hecho que el nuevo portavoz será militante de Més.

El escaño para Paco García

El escaño que deja Ferri lo ocupará el ex diputado Paco García Latorre, ahora asesor de la presidencia de las Corts. El exparlamentario de Llíria ya ocupó un escaño en la primera legislatura del Botànic y pertenece a Iniciativa, el partido de Oltra, por lo que con su llegada a la cámara el equilibrio interno en el grupo quedará en diez diputados de Més, cinco de Iniciativa y dos de Verds. Es decir, el antiguo Bloc tiene la mayoría y, por tanto, la capacidad de decidir el nombre del síndic.

En Compromís se plantea abiertamente el nombre del conseller de Educación, Vicent Marzà, como relevo de Ferri. Pero eso obligaría a una remodelación del Consell, al menos en la conselleria que gestiona el propio Marzà.

El también diputado por Castelló lleva seis años y medio como conseller y cuando se le ha preguntado por los posibles cambios de destino, incluso ante la posibilidad de ser el cabeza de cartel a la presidencia de la Generalitat si Oltra da un paso atrás, siempre ha contestado que estará donde sus compañeros le sitúen y que su ambición en ningún caso es personal sino colectiva.

Pero distintos sectores del partido cuentan que Marzà quiere abandonar la gestión y hacer política. Siempre que interviene se nota que en ese espacio de batalla diaria y de cuerpo a cuerpo con la oposición, el conseller de Educación se siente muy cómodo. También ha quien señala que al contrario de lo que ha ocurrido en otras consellerias, Marzà ha dado mucho espacio en la gestión al número dos de Educación, Miguel Soler. Pero la operación Marzà obliga a buscar un conseller en pocas semanas y es complicada, pero tampoco nadie la descarta.

Marzà guarda silencio y en su entorno remiten a mediados de enero cuando en teoría se desvelará el nombre del sustituto, al que tiene que votar el grupo parlamentario, donde la mayoría la ostenta Més y la propia lideresa, Àgueda Micó, tiene capacidad de influencia en numerosos diputados. Micó agradeció ayer a Ferri su «generosidad».

Si no se concreta la llegada de Marzà, una de las que estaría en la quiniela es Mònica Àlvaro, diputada desde 2015 y militante de Bloc i País, la corriente más soberanista de Més, el antiguo Bloc, que representa las esencias más nacionalistas de la coalición.

Àlvaro, con experiencia desde la tribuna, es una de las caras visibles de ese sector más identitario frente a la nueva hornada de dirigentes, capitaneada por Micó y en la que tiene un papel principal el conseller Marzà, que prefirieron reformular el discurso de Més y dotarlo de un poso más social que identitario con un discurso que ponía en el centro el soberanismo de las personas en todos los ámbitos de su vida. Por eso el nombramiento de Àlvaro encajaría poco con ese cambio de discurso, lo que podría acabar por descartarla.

Gusta el perfil de Aitana Mas

Aunque se da por hecho que el nuevo portavoz saldrá de las filas de Més, a nadie se le escapa tampoco el perfil y el peso interno que ha ganado desde el principio de legislatura la síndica adjunta Aitana Mas, una parlamentaria muy valorada, incluso desde la bancada de la oposición, por su discurso sobrio y sin estridencias.

La diputada por Alicante sería una opción que contaría con partidarios incluso en Més, pero dejaría en manos de Iniciativa la mayoría de cargos institucionales, la vicepresidencia del Consell; la alcaldía de València y el síndic, lo que podría suponer un elemento de desestabilización interna.