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Margarita Salas en uno de los 25 murales de mujeres científicas impulsados por la UPV.

Día Internacional de la Mujer en la Ciencia

La tendencia a la baja de mujeres en carreras tecnológicas se agrava en tres décadas

Varias investigadoras alertan de la falta de referentes, de la necesidad de divulgar la ciencia desde la infancia y de romper los estereotipos que condicionan la elección de profesión

Marie Curie fue extraordinaria, fuera de lo normal, pero lo que necesitan las niñas y jóvenes sonreferentes de proximidad donde verse identificadas. Para que haya más mujeres que dediquen su carrera a las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (las llamadas disciplinas STEM) hace falta referentes, acabar con los techos de cristal o el 'efecto tijera' que impiden a las científicas llegar a cargos de responsabilidad y divulgar sobre las carreras que no son mundialmente conocidas.

Si por algo se caracterizan las disciplinas STEM, desgraciadamente, es por "la baja presencia de mujeres". De media, estas disciplinas solo incluyen un 30 % de mujeres, si se habla de ingenierías, el porcentaje desciende a un 20 % y si el foco se centra en informática, disminuye a un 13 %. Son datos proporcionados por Silvia Rueda, directora de la cátedra de Brecha Digital de Género y Coordinadora del proyecto Girls4STEM de la Universitat de València (UV). De hecho, en el caso de informática, "los porcentajes llevan bajando desde los años ochenta del siglo pasado, éramos el 30 % de mujeres y ahora son 13 %", alerta Rueda. Además, matemáticas está experimentando, asimismo, un descenso de cuota femenina en la carrera.   

El viernes 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia. Silvia Rueda, Anabel Forte, María Vargas, Olga Mena y Lucía Hipólito son científicas valencianas que apuntan que aunque el camino es el correcto, es largo y todavía queda mucho para alcanzar la igualdad real. "Cada una de las letras de STEM tiene una coyuntura distinta, hay algunas con más mujeres y otras con menos, pero todas comparten aspectos comunes: El techo de cristal con el que nos topamos todas, aunque tengamos áreas donde entren más mujeres, al final hay un problema común y es muy grave porque acarrea problemas de brecha salarial. No ascendemos igual y no acabamos cobrando lo mismo".

El 'efecto tijera'

Olga Mena es física teórica e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aunque físicamente está en el Instituto de Física Corpuscular (un centro mixto del CSIC y la UV). Viene de una familia de científicos. Su madre ya estudió Física y, aunque reconoce que ella lo tuvo más fácil, todavía hay pocas mujeres en Física y conforme vas ascendiendo en la carrera, la presencia de mujeres va disminuyendo. Es el llamado "efecto tijera".

"La ciencia tiene que ser diversa y en ella caben hombres, mujeres y personas de todo origen y condición"

Olga Mena . Física investigadora del CSIC

"Las niñas, las jóvenes y todas las mujeres somos perfectamente capaces de hacer ciencia. La ciencia tiene que ser diversa y no tiene que ser llevaba a cabo solo por hombres blancos, en ella caben hombres, mujeres y personas de todo origen y condición, hay que luchar por la diversidad".

¿Por qué disminuye el número de mujeres en algunas disciplinas, como matemáticas o informática? Silvia Rueda dice que "los lugares que ocupan las mujeres se devalúan y si una profesión toma relevancia, entonces acuden más hombres". Los estereotipos, continúa, dictan que "ellos tienden al éxito y nosotras a colaborar y cuidar". Eso, dice, ha pasado en matemáticas. Anabel Forte, investigadora y profesora titular de Matemáticas de la UV, lo corrobora y relata que antes había más mujeres porque se asociaban las matemáticas con la docencia.

Pocas matemáticas investigadoras

"El paradigma ha cambiado, de salidas como docente a empresas, consultorías, incluso trabajo en banca o tecnología", dice. "No sé si esto está directamente relacionado con que vengan más hombres, como se vio en informática, donde el porcentaje de mujeres era mayor y de pronto empezó a bajar, la situación es mala en las carreras de matemáticas". Dice que su experiencia marca eso. Cuando estudió "había más o menos la mitad chicos y la mitad chicas", ahora, ella es investigadora pero "quedamos pocas", la mayoría son profesoras de secundaria.

Apela a inculcar desde el inicio a las niñas y a los niños que son capaces. "Si tengo una asignatura que me puede gustar, pero cuando llega a la fase de investigación, no me quiero enfrentar el reto porque no soy tan brillante, nunca lo conseguirás, hay que cambiar la forma de enseñar matemáticas para que chicos y chicas se vean igual de capaces"

¿Dónde está el origen?

Silvia Rueda detalla que a partir de los seis años de edad, todos los estereotipos de género que la infancia observa desde su nacimiento dejan huella. "Es a partir de esa edad cuando las niñas empiezan a considerar, de forma inconsciente, que los niños son más inteligentes y que no pueden sobresalir en ciertas materias". A esa falta de autoconfianza, se le suman los estereotipos aprendidos que se traducen en la no elección de las chicas de este tipo de carreras: "Si las chicas no eligen carreras tecnológicas es porque tenemos elementos externos que condicionan, sino habría un porcentaje equilibrado de hombres y mujeres en cada grado universitario", dice Rueda.

¿Cómo llegar a la luna sin ni siquiera saber qué es ni dónde ubicarla? María Vargas es ingeniera agrónoma y profesora titular de la escuela de Ia Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural de la Universitat Politècnica de València (UPV). En su disciplina sí hay mujeres y "siempre ha habido", pero cree que para que esta tendencia continúe interesando a chicos y chicas hay que divulgar y dar a conocer qué es la Ingeniería Agrónoma.

"Lo mas importante es fomentar las vocaciones desde la escuela infantil"

María Vargas . Ingeniera Agrónoma (UPV)

"Lo mas importante es fomentar las vocaciones desde la escuela infantil, visibilizar en todos los aspectos a la mujer ingeniera. Que desde la infancia las niñas perciban que es una profesión más en la que pueden trabajar, desarrollarse como personas y como profesionales". Vargas anima, en última instancia, a "Divulgar desde los inicios y visibilizar la ciencia, y, sobre todo, no tener miedo a los retos".

Lucía Hipólito, por su parte, es investigadora y profesora titular de Farmacia de la UV. Ganó el Premio talento Joven de Levante-EMV en 2018 y dice que, curiosamente, Farmacia es una carrera que, aproximadamente tiene el 90 % de estudiantes mujeres pero que ese porcentaje se revierte conforme vas avanzando en la carrera investigativa. "El número de mujeres ocupando cargos de investigación elevados se van perdiendo y se quedan los hombres", dice Hipólito. Otra vez el "efecto tijera" o el techo de cristal.

Disparidad en las sociedades científicas

Lucía Hipólito destaca que la disminución de mujeres farmacéuticas se ve también en las sociedades científicas. En la academia Valenciana de Farmacia, ejemplifica Hipólito, hay 14 hombres y 2 mujeres de académicos de número; 14 hombres y 9 mujeres en académicos correspondientes y un hombre y una mujer en académicos de honor.

Su caso es paradigmático porque parte de una distribución de alumnado en el que predominan las mujeres. "El sesgo de genero que viene inculcado por la sociedad hace que no te veas capaz de liderar un grupo o en el mismo nivel que un compañero y no tomes esos cargos", añade la investigadora. Esta coyuntura, dice, está también relacionada con la vida familiar. "las mujeres se hacen más cargo de la familia, no solo hijos, también mayores a atender. Aunque esto esté evolucionando, el día tiene unas horas y si en esas horas hay que hacer todo es mas complicado evolucionar profesionalmente".

Olga Mena completa esta tesis: "No puede haber igualdad en la ciencia si no hay igualdad real en casa y en la sociedad. Si no hay apoyo en casa, es imposible", recalca. 

"Hemos avanzado pero no nos podemos quedar aquí. Están tan calados los roles de género que hay que movilizar mucho para que los hábitos desaparezcan"

Lucía Hipólito . Investigadora y Profesora de Farmacia de la UV

Con todo, Hipólito y sus compañeras coinciden en que se está mejorando mucho. Las actitudes paternalistas están más cerca de ser historia y la designación de cargos cada vez tiene menos que ver con el sexo de la persona. "Espero que el cambio se consolide", dice. Por eso, "no podemos olvidarnos ni acomodarnos. Hemos avanzado pero no nos podemos quedar aquí. Están tan calados los roles de género que hay que movilizar mucho para que los hábitos desaparezcan".

Silvia Rueda añade que, "tenemos que seguir teniendo días como el 11 de febrero, a ser posible durante todo el año. Ayuda a dar visibilidad, pero hay que ser conscientes de la situación el resto de los 364 días del año". 

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