«Una vez intentó morrearme mientras me metía el pie debajo de la falda». Es un relato más de los dos nuevos que han llegado a Levante-EMV sobre casos de pederastia en el Colegio Santo Tomás De Villanueva - PP Agustinos a finales de los años 70. Se refieren al padre Alfonso, que junto a fray Balbino ha sido señalado por varios testimonios como agresor sexual a alumnos y alumnas del colegio en aquellos años en los que los abusos menores eran un ‘secreto a voces’ en muchos colegios católicos de la Comunitat Valenciana.

Los presuntos abusos del padre Alfonso Martínez se producían durante sus clases de finales de los años 70 y principios de los 80 en Agustinos, donde impartía religión y de filosofía en 8 º de EGB, 3ª de BUP y COU. La oleada de acusaciones vienen de los primeros años en los que el centro de la calle Albacete de València pasó a ser un colegio mixto, entre 1972, con la entrada de las alumnas en COU, y en los años posteriores, en los que se extendió al resto cursos. «Nos metía mano a las chicas, nos sacaba a la pizarra para hablar de la masturbación y nos insultaba. Además, se paseaba por la clase y nos ponía los genitales sobre los brazos. El tío era un cerdo», asegura un nuevo testimonio que prefiere no dar su nombre. «Conmigo se cebaba. Me sacaba casi todos los días a la palestra a que explicase cosas de sexo y me ridiculizaba. Casi todo el curso estuvimos hablando de sexo en la clase de religión. Todas las chicas sabíamos qué buscaba», añade.

La madre de la alumna acosada, continúa el testimonio, fue a hablar con el colegio para contarle la actitud del padre Alfonso en una ocasión, pero aún asi «siguió intimidándome». «En una clase empezó a decir delante de todos que mis padres iban contando mentiras de él por el colegio. Yo yo empecé a chillarle y a decirle que de mis padres no dijese nada. Lo bueno que tenía yo es que tenía carácter, no me callaba nada y lo compartía con todo el mundo. A mí aquello no me supuso ningún trauma porque lo destapé desde el principio, pero sí hubo momentos en los que pasé terror. Si me hubiese callado posiblemente me hubiese provocado culpabilidad», explica. «Recuerdo un día que estaba en el baño, y como él venía de vez en cuando a la puerta a espiar, no me atrevía a salir y pasé mucho miedo hasta que salí», recuerda.

"Llegaba a vomitar después de cada clase de religión"

Pero el momento más violento que esta exalumna de Agustinos pasó con el padre Alfonso fue en aquel examen, a solas, en una clase. «Yo no había podido ir a hacer un examen y me lo aplazó. Me preguntó si lo quería escrito u oral. Yo ya tenía 14 años y no sabía nada de sexo, pero sí sabía que si lo hacía escrito me iba a apoyar sus genitales encima como siempre hacía, así que elegí oral. Se sentó frente a mí y me metió el zapato por las piernas mientras me sacaba la lengua en plan asqueroso. Al final del examen, en la puerta, me cogió del cuello, acercó su cara a la mía a intentó morrearme, pero me escabullí entre sus brazos y salí corriendo», explica.

La víctima recuerda que la actitud pedófila del padre Alfonso no se limitaba a las aulas. «En el colegio era un señor tocaculos que, en los pasillos, te metía la mano hasta las bragas. Ojalá lo hubiesen denunciado entonces, porque haría lo mismo durante toda su vida. Cuando mi madre se lo dijo al jefe de estudios este solo hizo que asentir, lo que significa que ya lo sabrían. A ese señor lo llegaron a expulsar del colegio», añade.

"Nos preguntaba si sabíamos qué era la zoofilia"

Otro testimonia de la misma épota que el anterior refuerza la actitud pederasta del Padre Alfonso: «Te lo estoy diciendo y me da angustia y ganas de llorar. El tío nos hacía lo mismo a todas. Estábamos haciendo un examen y se paseaba por las mesas, levantaba la cadera y nos ponía el paquete encima de la mesa y veías que acababa hasta empalmado», explica otra exalumna de Agustinos que también prefiere el anonimato. «Llegué a un punto en que cada vez que tenía clase de religión vomitaba. Si había dos horas vomitaba dos veces a la semana», recuerda. «Nos preguntaba si sabíamos como se hacía el amor, como era hacer la zoofilia. Nos amenazaba con que si no se lo decíamos delante de toda la clase ibas a su despacho y se lo decías a él solo. Un día bajaron dos chicas llorando de su despacho y me quedé impactadísima. Los otros profesores eran maravillosos y sí que guardo muy buen recuerdo».

La Orden de San Agustín condena "cualquier tipo de abuso sexual, porque esto supone un ataque a la dignidad de la persona que es contrario al ideario cristiano". Por eso, aseguran lamentar "profundamente cualquier caso probado de abuso, así como el sufrimiento que haya podido ocasionar". "Nos comprometemos a facilitar la comprobación de los hechos y depurar responsabilidades, tanto desde el punto de vista de las normas del Estado como de la Iglesia", han apuntado en todo momento a Levante-EMV.

La lista de centros denunciados por pederastia en colegios vaencianos incluye al colegio-seminario de los Padres Carmelitas de Vila-real (años 70), colegio La Salle de l’Alcora (1970-71), colegio salesiano de Burriana (1975-78), colegio Monte-Sión de Torrent (años 90 y 2012-15), la parroquia de Higueruelas (1965-66), la parroquia de Paiporta, colegio salesiano Santo Domingo Savio de València (1967-73), la Purísima Concepción de Llaurí (1968-86), seminario de Moncada (1959-60), colegioAgustinos de València (años 70), colegio Dominicos de València (1977-89), colegio Hermanos Maristas de València (1982), colegio La Salle de Paterna (1978-80), colegio Corazón de María de Xàtiva (años 60), colegio salesiano San Vicente Ferrer de Alcoi (1981), seminario Santa María del Mar en La Marina de Elx (1971-73), seminario de Terciarios Capuchinos de Godella (años 80) o el colegio Jesuitas de Alicante (1962).