José Manuel Martínez es ingeniero industrial por la Universidad de Murcia y Máster en prevención de riesgos laborales. En 2019, tras 20 años en la compañía, es nombrado consejero delegado de Eiffage Energía y delegado de Eiffage en España. Desde 2005 ha sido el director general de Eiffage Energía. En septiembre de 2021 accede a la presidencia de ADEMI, Asociación de Empresas de Ingeniería, Montaje, Mantenimientos y Servicios Industriales. “En este año toda la sinergia ha estado enfocada en solventar las dificultades que ha supuesto la Covid-19”. Ahora que la pandemia parece estar controlada, el reto del sector “es superar la dependencia energética que padece España”. Afirma que su compañía y el conjunto de las empresas que integran ADEMI “estamos capacitadas para hacer esa transición energética, porque contamos con la capacidad tecnológica para llevarla a cabo”. Sobre Eiffage destaca la competitividad de su equipo y un rasgo esencial que la diferencia del resto: “Somos una compañía con la fuerza y los recursos propios de una multinacional, pero que funcionamos con la cercanía y la agilidad de una pyme”. 

Pregunta.- Eiffage tiene más de 170 años de historia, es el tercer grupo constructor de Francia, el cuarto de la UE y el décimo cuarto en el mundo. Alguna de sus construcciones más simbólicas son el Viaducto de Millau, Opera de Sidney, Pirámide de Louvre y túnel Canal de la Mancha. ¿Actualmente dónde tiene Eiffage su principal actividad?

Respuesta .- Sectorialmente nuestra actividad se centra en construcción, edificación, infraestructuras, energía, metal y concesiones. Nuestros dos ámbitos principales son las infraestructuras y energía. En el área de construcción, tenemos un área específica de construcción metálica. Geográficamente nuestra presencia, el 90 por ciento, está en toda Europa. También en África, fundamentalmente Senegal y Marruecos, Jamaica y en Chile, Colombia, Méjico y Perú estamos a través de Eiffage Energía España.

P.- Usted lleva 20 años en la compañía. ¿Representa el perfil del profesional formado con la cultura Eiffage? ¿Qué es la cultura Eiffage?

R.- Soy el consejero delegado de Eiffage Energía y delegado de Eiffage en España, que obedece a la política del grupo de tener a un responsable de la compañía para coordinar las distintas áreas en las que operamos en cada país. Entro con 34 años, cuando el grupo decide comprar la primera compañía española Electrosur XXI. Entonces como parte del equipo directivo, era el director técnico y de estudios. Ese es el origen de Eiffage Energía, que parte con 25 de millones de facturación y una plantilla de 200 personas. A partir de ahí hemos crecido tanto en organización como en actividad, con la adquisición de empresas. En 2021 facturamos 675 millones con una plantilla de 4.300 personas, todo ello pese a la pandemia. Y nuestro reto es seguir creciendo de manera sostenible y sostenida e incrementar nuestra facturación manteniendo el crecimiento de los últimos años.

P.- ¿Dónde reside el éxito de Eiffage?

R.- En nuestro funcionamiento. Somos una compañía con la fuerza y los recursos propios de una multinacional, pero que funcionamos con la cercanía y agilidad de una pyme. Además de tener un equipo muy competitivo y cualificado, fruto de nuestra cultura empresarial. Contamos con gente que lleva más de 30 años en la empresa, que ha crecido profesionalmente con el desarrollo de la compañía y la evolución del mercado. De este modo, conseguimos la fidelización de nuestros equipos, que están constituidos por personas con un conocimiento del negocio desde su origen, a pie de obra, y por la atracción de nuevo talento que captamos y formamos a través de los acuerdos que tenemos con las principales escuelas de ingeniería del país que encajan con nuestras necesidades reales.

P.- ¿Y el valor que diferencia a la compañía de su competencia?

R.- Combinar los resortes sólidos financieros, económicos y de estructura propios de una multinacional, pero sin perder la agilidad en la apuesta decidida por la digitalización, la innovación, modernización, sostenibilidad, la igualdad y la flexibilidad, factores que han sido claves para captar talento y ser punteros en el desarrollo tecnológico.

P.- Con usted Eiffage Energía ha pasado de facturar en España 40 millones de euros a más de 600 millones ¿Cuál es el punto de inflexión de la compañía en España?

R.- La adquisición de compañías realizadas bajo dos premisas. La primera, que aporten una consolidación en su ámbito y que ayuden a extender nuestro posicionamiento territorial en el país. La segunda, que sean empresas con un alto grado de cualificación y nos distingan de la competencia. Nuestra máxima es ser punteros en el sector.

Hemos sido pioneros en la construcción de los primeros campos eólicos convencionales en España, pero observamos que existe una evolución en el sector. El cliente ya no es un agente comercializador de energía, sino que es un inversor financiero cuyo objetivo es la rentabilidad. Nuestra evolución natural es pasar de ser constructores a “epecistas”, dar un servicio de llave en mano garantizando la expectativa de rentabilidad con la que opera el inversor.

P.- ¿Cómo les ha afectado la Covid-19?

R.- Nuestra actividad ha sido esencial, por ello la pandemia nos ha afectado relativamente si la comparamos con la repercusión que han sufrido otros sectores productivos. En el momento más crítico de la pandemia, nuestra actividad cesó un 70 por ciento sólo durante 10 días. Lo que sí nos ha permitido ha sido canalizar y fomentar la inversión en formación en nuevas tecnologías asociadas a los procesos productivos que hemos potenciado con la apuesta por el desarrollo de nuevos departamentos: drones, inteligencia artificial, automatización, control de procesos, programación…

P.- En cifras, ¿qué inversión han destinado en personal y en medios?

R.- Sólo en desarrollo tecnológico en personal hemos incrementado nuestra plantilla en 100 personas dedicados exclusivamente a la innovación, con una inversión económica de 15 millones de euros.

P.- En ese sentido, ¿qué hito ha situado a Eiffage Energía como un referente del sector?

R.- Pues ha sido nuestra capacidad de evolución y adaptación a la nueva realidad. Pasar de ser un constructor convencional a un “epecista”. Esa transformación nos ha permitido dar un salto cualitativo y cuantitativo en volumen de facturación, y como polo de atracción de talento en innovación y modernización, lo que nos ha permitido ser eficaces, eficientes, innovadores y más competitivos.

P.- ¿Cómo ve la coyuntura económica actual en la UE y cómo puede afectar al desarrollo de Eiffage España?

R.- En estos momentos estamos en un crecimiento de desarrollo sostenido y que puede ir a más. Nuestra facturación supera los 600 millones de euros y generamos más de 4.000 puestos de trabajo directos y 8.000 indirectos. Esto es riqueza social.

No obstante, la coyuntura actual que estamos viviendo en Europa con la situación en Ucrania, el gas puede dejar de ser considerado como una fuente de energía renovable y verde. En este sentido, las reglamentaciones que provengan de la Unión Europea van a ser decisivas. De hecho, el interés que se marca desde Bruselas es la reducción energética más allá de nuestras fronteras. Recientemente, el presidente de Estados Unidos está prohibiendo la compra de petróleo y gas ruso. En ese sentido, España y la Unión Europea hemos de configurar un marco que nos permita alcanzar la independencia energética. Es decir, configurar una legislación estable, para que las inversiones previstas no entren en una espiral de riesgo, garantizando su mantenimiento y la generación de riqueza, con la creación de mayor empleo. De este modo, la economía española y europea seguirá creciendo y la empresa seguirá con sus expectativas de crecimiento, sostenido y sostenible.

P.- ¿Considera necesario potenciar la inversión en las llamadas energías alternativas, eólica y solar, para garantizar esa independencia energética de España y la UE a la que se ha referido?

R.- Absolutamente. No se trata ya de una cuestión coyuntural, sino que la inversión en dichas energías es una alternativa real desde hace 20 años. Soy consciente de que hay que destinar muchos recursos y que es muy complejo cambiar los modelos energéticos que son el resultado de una tendencia prolongado en el tiempo, pero por supuesto, hay que hacer una apuesta decida por las energía eólica y fotovoltaica. Por supuesto que sí. Es la alternativa que tenemos. Nuestros recursos son los que son. No tenemos agua, gas, petróleo. ¿Qué tiene España? Territorio, sol y viento, pongamos esos recursos en valor. Es decir, hagamos una apuesta decidida por la energía eólica, fotovoltaica junto con un mix energético de almacenamiento de litio, hidrógeno verde y resolver los problemas de residuos de la energía nuclear, que a medio plazo no se puede prescindir de su uso, y esta es una opinión muy personal. Pero como digo, lo sustancial es que España cuente con un marco legislativo que nos proporcione una independencia energética, es decir, no depender del gas ni del petróleo.

P.- ¿Ese es el reto?

R.- Por supuesto. Tenemos un reto con la sostenibilidad del planeta, y nuestra compañía está firmemente comprometida con ello. Casi todos los países de producción energética de fuentes fósiles tienen un alto grado de inestabilidad, como Oriente Próximo, Irak, Irán, actualmente Rusia, Centroamérica. Son zonas geográficas con un alto componente de inestabilidad. Por ello, cuanto mayor sea nuestra autonomía energética, tendremos una mejor calidad de vida y dejaremos un mejor planeta a nuestros hijos.

P.- ¿Eiffage Energía apuesta por desarrollar proyectos innovadores energéticos? ¿Cuáles cree que son las principales asignaturas pendientes?

R.- Si, es una prioridad. Nosotros tenemos establecida una apuesta decidida por la inversión en producción energética adicional con origen renovable. De hecho, estamos con proyectos más que importantes en el desarrollo del hidrógeno verde y en baterías con ion-litio. La manera de dar estabilidad al sistema eléctrico, no es otra que contar con un bak-upp de almacenamiento de energía, para que en las franjas horarias sin sol o en momentos de escasez de viento, se evite la inestabilidad en el sistema.

P.- ¿Dónde deben crecer y qué pueden aportar al desarrollo de la España vaciada?

R.- Nosotros somos una multinacional con 4.200 trabajadores ubicados en la España vaciada, o en la España vacía. Nuestra sede está en Albacete, nuestra actividad se concentra, fundamentalmente, en zonas de escasa densidad de población. Nuestra actividad genera riqueza social, porque los grandes centros de generación de energía no tienen cabida en grandes núcleos urbanos. Por tanto, nuestra actuación industrial, genera empleo e inversión local y autonómica. Las plantas se construyen, pero hay que mantenerlas durante 25-30 años. Su mantenimiento conlleva fijar una población con una cualificación profesional, con un notorio poder adquisitivo y comporta una mejora en la construcción de vivienda, propia del siglo XXI. De hecho, en la actualidad estamos finalizando proyectos en Bonete (Almansa), en Belinchón (Cuenca) y también en Extremadura, Castilla y León, en Cádiz. Pero, además de dar soluciones a las zonas rurales también estamos presentes en las grandes ciudades de España, como Barcelona, Madrid, con centros de digitalización de datos, mantenimiento de Hospitales en Valencia…

P.- En ese sentido. ¿Dónde debe crecer geográficamente y sectorialmente?

Nuestra asignatura pendiente se centra en el Noroeste del país. En concreto, Galicia, Asturias, Castilla y León, es donde debemos acentuar nuestro posicionamiento. Tenemos una presencia muy intensa en Madrid, Castilla La Mancha, Andalucía, Comunidad Valenciana. En cuanto a sectores, mantener la adquisición de empresas españolas y su integración en la estructura de Eiffage que aporten valor añadido con un alto grado tecnológico. En 2025 hemos de ser el numero 1 del país, tanto en mantenimiento, energías renovables, distribución, construcción en cualquier sector que operamos y operemos en el futuro. En varios sectores ya somos una de las primeras empresas punteras, como las energías renovables. En tamaño, seguir creciendo como hasta ahora de una manera sostenible y sostenida, llegar a 1.500 millones de facturación.

P.- ¿Podría precisar más la adquisición de esas nuevas empresas en qué sectores está fijando su atención?

R.- Básicamente en el sector industrial, control y procesos… Nuestra solidez económica y financiera nos distingue de otras corporaciones. Quien se suma a nuestro equipo crece con nosotros. 

 “ADEMI es el núcleo empresarial para llevar a España hacia un nuevo modelo económico, industrial y energético”

 

Pregunta.- ¿Cómo presidente de ADEMI, cuáles son sus objetivos a medio y largo plazo?

Respuesta.- Defender los intereses del sector. Nuestra asociación está integrada por muchas empresas que todas ellas juntas suman el 1,6% del PIB en España. ADEMI da empleo a más de 70.000 trabajadores directos y generamos 100.000 empleos indirectos, nuestro volumen de negocio supera los 18.000 millones de euros. Somos una asociación con un peso considerable en la economía española. Constituimos el núcleo empresarial capacitado tecnológicamente para guiar a la sociedad española hacia un nuevo modelo económico, industrial y energético a través del desarrollo de todos los procesos vinculados con la innovación, la digitalización y la sostenibilidad. Somos el referente del sector de la energía en este país

P.- ¿ADEMI precisa reforzar su relevancia como asociación empresarial?

R.- Evidentemente. A toda organización empresarial le interesa afianzar su representatividad institucional a todos los niveles: económico, social, y con todas las administraciones públicas. ¿Nos interesa? Si. ¿Lo necesitamos? Por supuesto. No podemos relajarnos, ni caer en la complacencia.

P.- Desde su llegada a la presidencia ¿qué retos ha cumplido y cuáles le quedan por alcanzar?

R.- Hemos sabido gestionar de manera coordinada el tránsito y salida de la crisis sanitaria. Hemos defendido los intereses de la asociación y de nuestros clientes frente a los cambios regulatorios continuos que se han producido. Mi empeño es que tengamos un marco legislativo que no genere incertidumbre en los inversores para alcanzar la independencia energética que precisa España. ADEMI es la asociación empresarial que puede garantizar esa evolución a través de la innovación y la modernización de nuestra estructura económico-social.

En 2021 toda la sinergia ha estado enfocada en solventar las dificultades que ha supuesto la Covid-19. Ahora, nuestra meta es superar la dependencia energética que padece España, que con la intervención de Rusia en Ucrania se ha visto agravada. Las empresas de ADEMI, estamos capacitadas para hacer esa transición energética, contamos con la capacidad tecnológica para llevarlo a cabo.

P.- ¿Las indicaciones y criterios de ADEMI son consideradas por la administración central, autonómica y local?

R.- La comunicación con las administraciones locales y autonómicas deberían ser mayor, Respecto a la administración central le pedimos nos hagan partícipes de sus porque somos los agentes cualificados para dar solución al modelo energético que precisa el país.