Ayer nos dejó Rafa. Una llamada de su hijo me advirtió hace unos días que el desenlace estaba cerca. Tristes días para su familia y para los muchos amigos que deja en su Requena natal, pero también en Utiel o en València, donde desarrolló parte de su carrera profesional.

Me cuesta asignarle un oficio: quizá escritor, dramaturgo, guionista radiofónico. No sé. Creo que por encima de todo fue una persona inquieta, curiosa, trabajadora y muy minuciosa, capaz de bucear en archivos y viejos papeles buscando vinculaciones de Cervantes o Lope con Requena o de recuperar desde olvidados periódicos, con el mismo entusiasmo que si se tratara del padre de las letras castellanas, la trayectoria artística de una cupletista del siglo XX que se marchó de los viñedos para no volver.

Rafael trabajó en la banca, cuando este era un oficio amable en el que los buenos empleados eran quienes eran capaces de escuchar, de empatizar con el cliente que necesitaba contar a alguien sus problemas y elegía para sincerarse (o para contarle una milonga) al director de la oficina.

Supongo que esta relación tan próxima fue fuente de inspiración para muchas de sus historias. Le conocí allá por los primeros ochenta, cuando yo ya dirigía Radio Requena y el traía los guiones para un espacio infantil, protagonizado por don Búho, cuya extraordinaria calidad todavía me sorprende.

Tras su prematura jubilación, Rafael dio rienda suelta a su gran capacidad de trabajo. En la colección Letras de Bobal publicó recientemente Viejas Labores (2021), que subtituló Taracea de ficciones, donde rescataba algunos de los viejos oficios de la década de los cincuenta, hoy desaparecidos.

En esta misma editorial publicó Requena Teatral (2007) y El Bichozno de don Juan (2018), mientras que en Novabernia daba salida a su sensibilidad hacia los más pequeños con Poecosas (2008), Historia de una sombra (2013), El pozo de los sueños (2017) o Colorín Colorado, relato reconvertido como teatro musical infantil con el título de El lobo mellado con partitura de Claire Giselle. Antes escribió Primeros sueños (2004), un libro de nanas, y la obra teatral El jurado delibera (2015), publicada en la Editorial Irreverentes.

En los últimos meses me apremiaba a jubilarme para poder hacer «algo» juntos. Las ideas nunca faltaban. Seguro que entre sus papeles hay guardada una sorpresa. Descanse en paz.