Vicent Marzà no ha dejado de amagar con su salida de la Conselleria de Educación prácticamente desde que en 2019 se firmó el segundo Botànic, reedición del primero rubricado tras las elecciones de 2015 y que llevó a la izquierda al poder tras 20 años de gobiernos populares. Ya no quiso seguir entonces. Su mirada estaba puesta en el congreso del Bloc, previsto para el mes de junio de 2020, que iba a refundar el partido y que lo señalaba como el gran referente, y en una estrategia que lo sacaba del Ejecutivo. Él era el principal impulsor de la refundación de la formación.

La pandemia impidió que aquel congreso se celebrara y la refundación en Més tuvo que esperar un año, hasta el pasado junio. Cuando llegó el momento, las circunstancias ya eran distintas. Ese fue el primer momento en que se frustró su salida de la conselleria.

La segunda ocasión llegó hace cuatro meses. La dimisión del entonces síndic, Fran Ferri, abría la puerta a que el conseller de Educación pudiera convertirse en el portavoz parlamentario de Compromís y de esa forma saltar a la primera línea política en un puesto de gran visibilidad y dejar la gestión de la conselleria.

Durante semanas pareció que así iba a ocurrir y él nunca negó que esa fuera su pretensión, pero su partido prefirió que siguiera como conseller en los últimos coletazos de la pandemia y la salida tampoco cuajó. Més eligió a la diputada Papi Robles y cerró la pretensión de Marzà.

Coordinador político

Ya hacía tiempo que Marzà consideraba que los objetivos principales que el valencianismo se planteó cuando asumió la conselleria en 2015 estaban cumplidos y a un año de las elecciones ve llegado el momento de dar el paso para revitalizar políticamente la coalición y tratar de elevar sus expectativas electorales.

El también diputado por Castelló en las Corts y coordinador político en la ejecutiva de Més sostiene que es muy necesario hacer política desde la coalición con los comicios autonómicos a la vuelta de la esquina para asegurar la reedición de un nuevo pacto del Botànic y que para trabajar por ese objetivo no es necesario que él personalmente esté al frente de la conselleria. «No se hace política solo desde la conselleria», remarcó ayer.

No habrá cambios en el grupo

Marzà descartó ayer que se vayan a producir cambios en el grupo parlamentario que ahora dirige Papi Robles, diputada muy cercana a la secretaria general de Més, Àgueda Micó, por lo que va a tener la condición de diputado raso. Pero Marzà no es un parlamentario cualquiera. Y es un periodo casi de precampaña.

En sus siete años de conseller ha demostrado capacidad para el cuerpo a cuerpo y para fajarse con la oposición, labor en la que se siente muy cómodo. Y al grupo la presencia de Marzà no le vendrá mal, señalan fuentes internas, porque en la coalición se admite que el sistema de primarias de Compromís y las cuotas hace muchas veces que la representación parlamentaria sea mejorable.