Transición Ecológica hace hincapié en que los valores de los mapas «no prejuzgan el resultado de una declaración de impacto ambiental». Las zonas que presenten una sensibilidad de menor grado «no implican directamente que cualquier explotación allí ubicada vaya a obtener una resolución favorable», se remarca. En la misma medida se subraya que una iniciativa que se ubique en un enclave con muchos condicionantes no significa que vaya a ser desestimado. «El proyecto podría evitar los impactos que pudieran ser significativos, mediante una adecuada selección de la alternativa de las ubicaciones, con soluciones adaptadas a las necesidades de los valores concretos que se pretende preservar, adoptando medidas preventivas y correctoras específicas», se apunta.

El estudio insiste que se ha de tomar como una «recomendación a los promotores a elegir de manera preliminar una localización más favorable, así como a facilitar una idea inicial a la administración que deba realizar la evaluación ambiental».