"¿Sabes por qué estás aquí?". Esa es la primera pregunta que Carmen Rodero Astaburuaga, Inés Sánchez Endrina y Patricia Cuquerella Carbonell le hacen a la mujer que tienen enfrente. Son médica forense, trabajadora social y psicóloga, respectivamente, y forman el equipo multidisciplinar de la Unidad de valoración forense integral (UVFI) de violencia de género de Paterna.

Es una de las catorce unidades que hay en la Comunitat Valenciana (3 provinciales y 11 comarcales) dependientes de la Conselleria de Justicia y pionera en este tipo de asistencia en España y que tienen como objetivo valorar el estado de la víctima, el investigado, los hijos y el entorno y circunstancias en el que se ha producido la violencia mediante un informe elaborado por las profesionales especializadas para facilitar el proceso judicial y la toma de decisiones en un caso abierto de violencia de género.

Más de mil valoraciones en 2022

En 2022, en las unidades de la provincia de Valencia se han hecho 1.202 valoraciones de mujeres, de estas urgentes 285 y programadas 917 y se han visto a 846 víctimas, 176 agresores, 153 hijos y 27 otros familiares. Hay sedes en Alicante (Atienden a Alicante, Sant Vicent del Rapeig), Elx (Elx, Orihuela, Torrevieja y Novelda), Benidorm (Benidorm y Vilajoiosa), Ibi (Ibi, Alcoi, Villena y Elda), Castelló, Vila-real (Vila-real, Segorbe y Nules), Vinaròs, Valencia, Gandia (Gandia, Ontinyent, Xàtiva), Torrent (Mislata, Quart de Poblet, Requena y Torrent), Paterna (Paterna, Llíria, Massamagrell, Moncada y Sagunt), Alzira (Alzira, Carlet, Catarroja y Picassent) y dos nuevas: en Dénia y Sueca.

La unidad que visita Levante-EMV se encuentra dentro de la Ciudad de la Justicia de Paterna y atiende a partidos judiciales de Paterna, Llíria, Massamagrell, Moncada, Sagunt. Tras caminar por un largo pasillo, con sillas a un lado y despachos al otro, una llega a una puerta en la que se puede leer Unidad de Valoración Forense Integral de Violencia de Género.

Dentro de esa sala, hay cuatro despachos y una zona de juegos infantil. Con los medios que acuden a la visita están las tres profesionales y Pura Beltrán, jefa de sección de las unidades de València.

No "revictimizar" a la mujer unificando el testimonio ante las profesionales

Carmen, Inés y Patricia invitan a entrar en una sala blanca que tiene una mesa redonda en medio separada por un biombo transparente (que seguramente se instaló con la pandemia). A un lado se sientan las tres y al otro, la periodista. Explican que ese es el lugar donde hacen la exploración a la mujer víctima de violencia.

"El objetivo es que solo revivan el relato una vez más, con todas las profesionales y no revictimizar a la mujer en el proceso"

Lo hacen las tres a la vez con un solo objetivo: que la mujer cuente su historia vital y su experiencia con la violencia de género una sola vez. No "revictimizar" a la mujer haciéndole repasar su historia de violencia una y otra vez. "Cuando vienen aquí ya han pasado por la denuncia, han contado lo que ha ocurrido varias veces y lo que queremos aquí es saberlo todo de una, que no tenga que volver a revivir y explicar su vivencia traumática", explican a este periódico.

La trabajadora social, Inés Sánchez Endrina, en su despacho. JM Lopez

La red valenciana gestionada por la Conselleria de Justicia que dirige Gabriela Bravo cuenta con 14 UVFI que asisten a todos los Juzgados de la Violencia de Género de la Comunitat (con competencia exclusiva o sin ella) y otros órganos como la fiscalía de menores o secciones de la Audiencia Provincial y funcionan con una inversión este año de 2,8 millones de euros para un total de 53 puestos de trabajo.

"Tratamos de ver qué secuelas ha dejado el sometimiento y dominación de la violencia de género en la mujer y de qué manera modifica su estado psicológico, físico y social"

Es un espacio seguro. Donde expresar libremente todo lo vivido, donde llorar si hace falta y donde la atención se adapta a la víctima. "Las entrevistas se alargan toda la mañana y se posponen si la persona está muy afectada al revivir todo lo experimentado". Se comienza con el contexto social y familiar de la mujer, con el objetivo de determinar cuan de habitual ha sido esa violencia y poder determinar cómo el "sometimiento y dominación de la violencia de género ha modificado la parte psicológica y social de la mujer y qué secuelas ha dejado".

Zona para niños y niñas en la unidad de valoración forense. JM Lopez

La psicóloga puede realizar test para determinar el nivel de ansiedad y otros factores que quizás con el relato oral no se aprecian y la médico forense hace una valoración del riesgo de reincidencia y explora, puntualmente, a los investigados en caso de imposibilidad de imputarlos por patologías psíquicas o consumo de drogas.

No hay perfil de víctima o maltratador, la violencia es transversal

Las profesionales explican que no hay ningún perfil de mujer víctima de violencia, hay de todo tipo de clase social y condición, pero sí encuentran que todas tienen algún "factor de vulnerabilidad previo" del que los agresores se aprovechan. "Es agravante si el agresor comete el delito aprovechándose de la vulnerabilidad, cualquiera que sea, de la víctima". Por otra parte, coinciden en que no "no hay ninguna característica común para definir a un agresor". La violencia machista es transversal a toda la sociedad.

"La experiencia nos ha demostrado que la violencia atraviesa todos los estratos sociales de forma radical"

Añaden que es una unidad de "privilegio" porque por los municipios a los que asisten ven que ese abuso a la mujer se da en todo tipo de contextos, lo que les hace ser más conscientes de esa "transversalidad". "La violencia atraviesa todos los estratos sociales de forma radical. Podemos ver gente que por su situación puede tener más recursos para salir de la violencia pero eso no quiere decir que no les afecte igual. Es lo que la experiencia nos ha demostrado", añaden.

Comarcalización de las unidades

Pura Beltrán es la coordinadora de las unidades en la provincia de València. Explica que la Comunitat es pionera en la calidad de este servicio para las víctimas de violencia de género. Tienen un trabajo recorrido y cumplen los cinco requisitos que el Ministerio de Justicia exigió en su plan de mejora 2020-2021. "Destacamos la comarcalización de las unidades, aproximamos la labor para que las mujeres no tengan que desplazarse".

La organización en equipo, la prioridad de que el servicio público sea de calidad, la innovación en la formación del personal y el trabajo de visibilización de este tipo de atención son aspectos ya conseguidos y que hacen que la Comunitat vaya de avanzadilla en toda España.

Pura Beltrán, coordinadora de las unidades en Valencia. JM Lopez

Para el futuro, Beltrán añade que tendría que añadirse un control hacia el agresor también. "Se pone el foco en la víctima, a quien se arropa y se acompaña en todo el proceso, pero hace falta optimizar el control sobre el agresor a nivel social, médico, laboral. Saber qué ocurre tras la ruptura y la denuncia".

Celos, control, acoso, indefensión aprendida, reacción paradójica en la que la víctima se siente culpable o el sexo forzado (en el que la víctima por miedo no se niega pero se paraliza, una violación continuada) son algunos conceptos que Beltrán aboga por democratizar. "Son los parámetros que más vemos y que se han de conocer por parte de todos los agentes sociales para prevenir e identificar lo que está ocurriendo", matiza.

Por otra parte, la responsable de las unidades alerta de una percepción que tienen los profesionales: el aumento de casos de violencia de género en jóvenes. Tanto agresores como víctimas. Por ello, aboga por una educación sexual y afectiva que se adapte "a los cambios en la sociedad". Si las redes sociales, por ejemplo, comienzan a ser un espacio de riesgo, habrá que adaptar la educación al espacio digital, añade la responsable.

El objetivo: eliminar la violencia machista. Una meta que parece lejana pero no inalcanzable.