La Conselleria de Educación ya ha realizado su Escola d’Estiu, entrada en esta ocasión a las migraciones, la educación y la solidaridad, sobre todo en el contexto de la acogida de alumnado ucraniano.
A esta formación, que tuvo lugar el martes y miércoles pasados en el Centre del Carme de Cultura Contemporània de València, participaron un centenar de docentes y una de las actividades estuvo protagonizada por estudiantes que contaron cómo retomaron sus estudios en los centros valencianos. En general, solicitan echan en falta más acompañamiento, tanto académico como emocional.
Zhen Hao Li, de China, explica que las «diferencias culturales es lo primero que encuentras cuando vienes», y otra de las dificultades es «la comunicación de los centros con las familias, porque muchas no entienden los comunicados, que son en valenciano o castellano».
Además del idioma, Ire, de Corea, también ve útil que en los centros educativos se introduzca a la cultura autóctona, además de contar con «exámenes adaptados, clases de español y el acompañamiento de un profesor».
Por su parte, para Juan Pablo Sarmiento, de Colombia, el choque más fuerte fue «el sistema educativo, más duro que en mi país y el valenciano». «Es un cambio muy difícil y a veces te frustras, porque no vas igual que el resto y te preguntas si vales o si no eres suficientemente inteligente», reconoce el joven.
Cómo estrechar lazos
Por su parte, Gustavo Terrández, de Venezuela, cree que los institutos deben potenciar las «actividades extraescolares y ferias interculturales para promover el sentido de pertenencia al instituto y que los estudiantes estrechen lazos».
Por último, Sherwet Kamal, de Egipto, lamenta la dilatación de los trámites a la hora de convalidar títulos o acceder a estudios superiores. Ella ha cursado una FP de la que dice que ha aprendido mucho. «Aunque es difícil estar lejos de la familia, los amigos… espero poder acceder a un trabajo», asegura.
Para Juan Pablo, «venir a un nuevo país es un duelo por todo lo que dejas, pero también un renacer. Migrar es de valientes, no todo el mundo se atreve a hacerlo. Hay que ser valiente y paciente y no tener miedo», añade.
Sobre el racismo Zhen Hao Li explica que, «en una clase con bastantes emigrantes no hay tanto racismo, solo algunos comentarios por desconocimiento», pero sí afirma que vivió «bastantes episodios racistas en Primaria y los profesores no prestaban atención u decían que eran bromas o cosas de niños, pero era grave». Gustavo Terrández también reconoce que sintió prejuicios hacia él a su llegada, al querer hacerle repetir cuando tenía un nivel más alto.
Asimismo, todos consideran clave el papel de los docentes a la hora de presentar e integrarse dentro del aula y junto al resto de alumnos.
