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Entrevista | Secretario autonómico de Turismo.

Francesc Colomer: "El impuesto turístico es inoportuno cuando la Generalitat rebaja tasas"

Francesc Colomer analiza la primera parte de la campaña estival, marcada por la polémica de la tasa turística

El secretario autonómico de Turismo de la Generalitat, Francesc Colomer. GABRIEL UTIEL

El verano del 2022 es el de la recuperación de la normalidad, pero el asunto más mencionado es la tasa turística. ¿Tan perjudicial será el futuro del sector?

Este verano es el de la demostración incontestable del valor del turismo. Los estudios señalan que ha pasado a ser una de las primeras prioridades para muchas familias. Incluso una tesis de una universidad norteamericana postula que el turismo debería formar parte de la estrategia de salud pública. Para ello lo primero que tenemos que hacer es respetar al sector que lo hace posible. Hay muchos retos como la transformación digital, los fondos Next Generation, lucha contra el intrusismo, o desestacionalización. Esa es nuestra agenda. Me preocupa la tasa y me preocupan muchas cosas, como la MAT que compromete negocios de turismo rural.

Usted ha manifestado una oposición frontal a la tasa. Compromís y Podem están plenamente a favor. Incluso le han enseñado la salida. ¿Se siente desautorizado en su propio gobierno?

Mi primera lealtad es con el sector y la sociedad. Se trata de hablar el mismo idioma que todo el sector y el municipalismo turístico. A pesar de sufrir una pandemia que nos ha arrasado y encontrarnos de golpe con una inflación y costes de producción desbocados, el impuesto sigue encima de la mesa y en sede parlamentaria. Solo puedo mostrar respeto y discrepancia. Las dos cosas. No están reñidas. Lo vivo con deportividad. Creo que es lógico que, como responsable de la política turística, empatice con el sector. Somos muchos quienes sostenemos la inoportunidad absoluta de este momento en el que la propia Generalitat rebaja todas sus tasas y la tendencia es bonificarlo todo.

Ahora debe debatirse en las Corts. ¿La resolución llegará antes de que acabe esta legislatura?

No lo sé. Existe división de poderes y esta proposición de ley no parte del gobierno. Este debate ha nacido mal y se ha desarrollado peor, desconfiando del sector. Puede que algunos siempre estemos en contra pero el sector debe opinar y codecidir. No podemos renunciar al consenso, sería nuestro mayor error. Un impuesto que, además, afecta de lleno a los propios valencianos dado que somos el 60% del mercado nacional.

Este verano se detecta el fin de la mayoría de restricciones. ¿Qué perspectivas hay?

No debemos confundir los niveles de ocupación con la rentabilidad. Pensemos que todo es más caro y aunque la demanda embalsada está generando una sensación de recuperación, siempre pienso que el análisis debe hacerse al final de la temporada. Quiero decirle que no se trata solo de contar cabezas. No es nuestro modelo, aunque el peor turista es el que no viene.

¿Cómo afectará la incertidumbre económica al final de año?

Esa es nuestra gran preocupación. Responderemos con un nueva edición del Bono Viatgem. Tenemos preparados más de 8 millones y el operativo para lanzar con fuerza en septiembre esta política de estímulo de la demanda. Lo más importante es que las familias, las clases medias y trabajadoras no pierdan el ritmo de la vida ni poder adquisitivo. Hemos testado la voluntad del sector y la unanimidad es absoluta. El programa funciona, ha involucrado a casi 1.500 empresas de todo el ecosistema turístico. Mi opinión es que debe perdurar en el 23 y mejorarlo constantemente.

¿Se plantea alguna ayuda más si descarga la tormenta económica sobre el sector?

Siempre estamos explorando posibilidades. Al bono hay que añadir las campañas de promoción y la segmentación del marketing para llegar a los públicos que objetivamente puedan interesar en cada momento. Por ejemplo, hay nuevo target de los llamados turistas energéticos de países emisores fríos. Sus inviernos serán más caros que nunca y debemos ofrecer nuestras ventajas climáticas y resto de valores y atributos para pelear por ese segmento, como lo harán Turquía, Grecia y otros rivales. Porque en este sector se compite, nadie regala nada. La gran diversidad de productos que tiene nuestro territorio permite segmentar la promoción y cultivar diversos públicos.

Los empresarios siguen teniendo problemas para encontrar personal. ¿Hay motivo para que la gente quiera buscarse la vida en otros sectores? ¿Se ha estigmatizado al sector?

Quizá nos esté llegando esa tendencia en EEUU con la pandemia. La llamaron la gran dimisión. Mucha gente no ha vuelto a su lugar de trabajo porque se replantean sus prioridades. La respuesta ni es fácil ni superficial. No solo faltan camareros, también necesitamos médicos, camioneros... Este sí es un tema de estado y de gran calado. En turismo destacaría líneas a desarrollar. Mejorar y unificar la formación. Buenos convenios laborales que permitan conciliar y que la gente se identifique con los principios de su empresa, con sus valores. Nunca reiré las gracias a quienes han estigmatizado al sector. El día que valoremos al camarero, al dj, al recepcionista, al guía, al músico o al actor como a profesionales respetables e imprescindibles para nuestra felicidad colectiva, entonces habremos madurado como sociedad.

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