La Conselleria de Sanitat Universal y Salud Pública notificó ayer un total de 20 fallecimientos por coronavirus, todos con fecha de defunción en los últimos 7 días, desde la última actualización. Se trata de 6 mujeres, de entre 40 y 88 años, y 14 hombres, de entre 67 y 95 años. De este modo, el total de decesos desde el inicio de la pandemia asciende a 10.000 personas: 1.181 en la provincia de Castelló, 3.819 en la de Alicante y 5.000 en la de València a causa de la covid-19 en dos años y medio.

El primer fallecimiento por el coronavirus en la Comunitat Valenciana se confirmó el 3 de marzo de 2020, aunque el deceso se produjo el 13 de febrero por lo que supuso el primer europeo fallecido a causa del coronavirus. Se trataba de un vecino de l’Eliana, que pereció tras su ingreso en el Hospital Arnau de Vilanova de València después de haber viajado a Nepal. Su deceso se atribuyó al coronavirus el 3 de marzo, cuando se practicó una necropsia a las muestras que se conservaban debido a un cambio en los criterios de definición de casos ordenado por el Ministerio de Sanidad el 27 de febrero, que instó a analizar las causas de fallecidos por neumonía de origen desconocido.

Una enfermedad que más de dos años después sigue sumando nuevos casos. Aunque de forma más ralentizada, gracias a las vacunas. La Conselleria de Sanidad informó ayer de un total de 1.146 nuevos casos de coronavirus confirmados por prueba PCR o a través de test de antígenos desde la última actualización.

Los nuevos casos se dividen por provincias en 192 en Castelló (189.971 en total), 306 en Alicante (525.449 en total) y 648 en Valencia (829.067 en total), detallan desde el departamento que dirige Miguel Mínguez. De ellos, 586 son de personas mayores de 60 años y, por provincias, 98 corresponden a Castelló, 192 de Alicante y 296 de Valencia.

Por último, los hospitales valencianos tienen actualmente a 321 personas ingresadas por covid, 20 de ellas en la UCI: 43 en la provincia de Castelló, 3 en UCI; 99 en la provincia de Alicante, 7 de ellas en la UCI, y 179 en la provincia de Valencia, 10 en UCI.

Sobre la pandemia y cómo se ha gestionado, los epidemiólogos ha lanzado un contundente mensaje tras la reunión científica anual que durante tres días ha congregado a más de 800 expertos del sector para analizar los «Retos del siglo XXI: Medio Ambiente, Cambio Climático y Desigualdades Sociales».

Los epidemiólogos advierten de que la covid-19 ha sido la mayor pandemia de este siglo y la cuarta de los últimos cuatro, pero ha supuesto solo un ensayo de las que están por venir y que serán aún más dañinas: pese a que estábamos -y estamos- avisados, seguimos sin estar preparados para responder.

Antoni Plasència, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), María José Sierra Moros, del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes); Artur Rocha, del Instituto de Engenharia de Sistemas e Computadores, Tecnologia e Ciência (INESC TEC) de Portugal; y Salvador Peiró, de la Fundación para el fomento de la investigación sanitaria y biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) han analizado el escenario pospandemia.

Y la conclusión ha sido unánime: a pesar de los dos últimos dos años y medio, la salud pública sigue infrafinanciada e infradotada, la normativa está obsoleta, la recogida de datos aún es lenta, la descoordinación de los agentes implicados es un lastre y la comunicación es muy mejorable.

En su repaso a los aciertos y errores de los dos últimos años y medio de los que hay que aprender para la era de la pospandemia de covid, los expertos han sido especialmente críticos con dos: las injerencias políticas y la infodemia. «Nos toca desencajar la injerencia de la política con minúsculas», ha sentenciado Peiró; solo eso evitaría la confusión y «broncas partisanas en aspectos en los que no debería haberlas, porque cuando un partido dice una cosa, el otro dice otra, pero por debajo los técnicos que les asisten no tienen ninguna diferencia». Paralelamente, teme que «organismos excesivamente administrativos no sean capaces de encajar bien una organización que debe ser sólida pero también líquida. A las administraciones les cuesta ser flexibles», ha dicho en referencia a la futura Agencia de Salud Pública que gestionará las futuras emergencias sanitarias.