La renovación de À Punt abre el desbloqueo de los órganos consultivos caducados

La primera ficha del dominó ya ha sido golpeada y se avecina a caer. Eppur si muove se podría decir después de meses de bloqueo. Tras ella, deberían ir el resto. Deberían, pero los trámites parlamentarios, con los requiebros que trae la proximidad de las elecciones, son inescrutables. La renovación de À Punt abrió ayer la veda para que se realicen los nombramientos de todos los entes consultivos caducados, sin embargo, la que parecía la decisión más encaminada, la continuidad de Alfred Costa como director general de la televisión pública, evidenció la dificultad del proceso, algo que se constató con la aún más difícil renovación de la dirección del Consell Rector. 

Costa continuará como director general otros tres años después de que la Comisión de Radiotelevisión Valenciana y del Espacio Audiovisual de las Corts diera validez a su candidatura. Su nombre lo propuso el Consell Rector tras un concurso de méritos y deberá ser este organismo el que ratifique el nombramiento. Este proceso hacía que la continuidad de Costa fuera la más sencilla de todos los órganos pendientes, pero ni aún así ha sido un paseo en barca para el Botànic. 

Compromís sufrió tensiones internas ante la ratificación de Costa. Los dos diputados habituales en estas lides parlamentarias, Mònica Àlvaro y Josep Nadal, se ausentaron «por motivos de conciencia» (dijo el segundo en sus redes sociales) y tuvieron que ser sustituidos por la plana mayor del grupo parlamentario, la síndica Papi Robles y el síndic adjunto Vicent Marzà. «Mi modelo no es el de Notícies de Canal 9 ni el del regreso de Bárbara Rey», dijo Nadal el día anterior en Twitter. 

Sin embargo, Compromís, en voz de Marzà, una de las voces autorizadas y de peso dentro de la coalición, justificó su voto favor de la continuidad otros tres años del director general tras escuchar la promesa de que habrá un segundo canal de radio, una de las reivindicaciones de los valencianistas. En este sentido, el aspirante a revalidar el cargo al que llegó en 2020 se comprometió ayer a impulsar el segundo canal de radio «en el primer tercio de su mandato», esto es, a lo largo de este y el próximo año.

La votación para la continuidad del director general de À Punt mostró el equilibrio de fuerzas para las renovaciones del resto de órganos que deben plantearse en el pleno. Alianza de la izquierda y Ciudadanos, que votaron a favor, abstención del PP al que se trata de incluir en el resto de pactos de renovación y el voto en contra de Vox, fuera de cualquier acuerdo. 

El esquema se repitió dos horas después cuando tocaba plantear el candidato a presidir el Consell Rector, que hace la labor de Consejo de Administración de la radiotelevisión pública. En esta ocasión ya tocaba tomar partido por un candidato. Llegaron tres nombres propuestos por el Consell de l’Audiovisual. De la terna, la comisión debía elevar la propuesta de uno. El elegido fue Miquel Francés.

La votación fue en urna, y por ende secreta, pero el reparto de votos (ocho papeletas con el nombre del profesor de Comunicación Audiovisual y tres en blanco) dibujaron el mismo reparto de fuerzas que en la elección de Costa. Sin embargo, mientras que en el director general ya no hay nada más que votar por los partidos, en el caso de Francés su nombre ha de ser respaldado por dos terceras partes del pleno. Para ello se necesita el apoyo del PP. Y de momento, por lo visto ayer, no lo tiene. Aún quedan horas de negociación entre medias.

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