J. A. Blay, Madrid. corresponsal

El proceso de reforma del Estatuto valenciano abandonó el Congreso hace dos semanas pero los ecos de su tramitación llenaron ayer parte de la sesión de control al Gobierno y provocaron un enfrentamiento entre el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y la diputada de IU por Valencia Isaura Navarro. Esta recriminó al ministro que el Gobierno haya utilizado la reforma del Estatuto valenciano como «un mero instrumento político vacío de contenido para frenar el clamor del señor Rajoy de que España se rompe». Y le preguntó: «¿Se ha sacrificado el autogobierno y el hecho diferencial valenciano en aras de escenificar un acuerdo con la derecha más españolista?»

Navarro se interesó por conocer las razones por las que el Gobierno apoya «estatutos con compromisos de inversión y financiación», mientras que no sucede lo mismo en el caso valenciano. «No queremos fotocopias, queremos un estatuto digno para los valencianos», afirmó Navarro, quien, tras insistir en la vacuidad de la reforma, lanzó un reto: «Le invito a resolverlo en el Senado; si el Gobierno tiene claro un modelo de Estado no deje fuera al País Valenciano. No nos sacrifique». El ministro, que recordó que es diputado por Castelló, explicó que el Gobierno «no impulsa ni deja de impulsar ninguna reforma estatutaria, lo están haciendo libremente cada una de las comunidades en sus parlamentos. Luego, viene aquí y se debate con luz y taquígrafos». E insistió en su argumentación con una frase rotunda: «Soy valenciano y le puedo asegurar que estoy muy orgulloso de la reforma del Estatuto que se ha hecho para mi comunidad. Se han ampliado las competencias de la Generalitat, se han ampliado los derechos y las libertades, se ha mejorado el funcionamiento institucional y se ha mejorado el incremento de la financiación».