Nuria Tendeiro Parrilla, Valencia El Nobel de la Paz Muhammad Yunus, fundador del Banco Grameen ( Banco de los Pobres); , defendió en su paso por Valencia en 2006, tras recibir el V Premio de la Fundación por la Justicia, que «el derecho a obtener un crédito, a salir de la pobreza y a incorporarse a una vida digna pertenece al ámbito de los derechos esenciales de las personas» , así como que «las sociedades modernas han creado las situaciones de marginación y tienen la responsabilidad de solucionarlas» . «Las personas que no tienen espacio para crecer acaban siendo bonsais humanos» , dijo.

Esta máxima de Yunus no se ha cumplido en los casos de Ángel y Bridget, ni en la de los otros 14 alumnos que han culminado con éxito el plan formativo del programa Emprendadores, de microcréditos para reclusos en tercer grado, que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha incorporado este año en los centros de Picassent, Villena y Fontcalent, y que han impulsado el Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo y la Fundación por la Justicia con el apoyo del Colegio de Abogados, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y el BBVA.

Los microcréditos se dirigen a personas sin garantías bancarias, en este caso, además, establece hasta 7 años para su devolución, no cobra comisión y establece un tipo de interés máximo del 7%.

Para Ángel, un joven ecuatoriano de 26 años que reside en España desde hace 10 y cumple su última etapa penitenciaria en Fontcalent, esta oportunidad pasa en forma de frutería. Este vecino de Xàbia estudia abrir su tienda en Gandia: «He aprendido a ser autónomo. Me siento preparado, motivado e ilusionado. Con la formación y el crédito podré seguir adelante» .

En el caso de Bridget, una lavandería-express en la zona del puerto de Valencia le devolverá muchas cosas que la pena le hizo perder: «Ahora que he salido me he dado cuenta de las cosas que perdí y lo difícil que es volver a empezar. Pero la formación me ha ayudado mucho. Quiero una vida estable». Esta nigeriana de 50 años llegó a España hace 15 y tiene un hijo adolescente: «Mi proyecto va destinado a gente que vive en pisos compartidos, que trabaja en la calle, estudiantes, trabajadores que no tienen tiempo, será económica y rápida. En una hora la ropa estará lista» , comienza su campaña de mercadotecnia.

El objetivo, la reinserción de personas sometidas a penas de privación de libertad a través de la concesión de microcréditos para el diseño de proyectos personalizados, está a punto de hacerse realidad. Ninguno de los 16 emprendedores será bonsái, puesto que han finalizado la formación con nota. Ahora, pormenorizarán sus proyectos para acceder a los microcréditos a través de las entidades colaboradoras: Ibercaja, Caja de Castilla La Mancha, Bankinter y Caixa Manlleu.

Son, como señaló ayer en el acto de entrega de diplomas la directora general de Instituciones Penintenciarias, Mercedes Gallizo, «pioneros que tendrán que asumir un compromiso doble, consigo mismos y con sus compañeros en prisión que pueden encontrar aquí un futuro para sus vidas» .