Los datos recopilados por el Portal Estadístico de la Generalitat Valenciana ofrecen una radiografía clara sobre cada uno de los municipios valencianos. Entre las decenas de datos reveladores que caracterizan a cada territorio, uno de ellos son las obligaciones financieras que todavía (o ya no) contraen con el Estado o con las entidades bancarias. Así, a fecha de 31 de diciembre de 2018, en el Camp de Túria solo dos municipios pueden decir que tienen sus cuentas totalmente saneadas: Riba-roja de Túria y Bétera, ambos con una deuda en sus presupuestos del 0 %.

Para ser más exactos, en la localidad que dirige el socialista Robert Raga todavía se adeudan 14.000 euros, una cantidad anecdótica frente a los 4,2 millones que se adeudaban en 2014. En Bétera, ni eso. El consistorio de la entonces primera edil, Cristina Alemany, de Compromís, debía al cierre de 2018 un total de 0 euros, la misma cifra a la que se consiguió llegar en 2017 y que queda lejos de los 3,7 millones que figuraban en las cuentas en 2014.

Mientras, l'Eliana se queda cerca de haber liquidado su deuda con un 0,5 %, es decir, 156.000 euros a 31 de diciembre de 2018. Por habitante supone 8,5 euros y cabe destacar que el municipio que ahora dirige el socialista Salva Torrent siempre ha mantenido sus cifras de deuda en niveles muy bajos, ya que en 2014 las obligaciones pendientes estaban en 133.000 euros. Aún por debajo se encuentra Vilamarxant, cuya deuda se situa en 8,4 euros por habitante pese a que en el presupuesto municipal la deuda se come el 1 % del gasto.

Reducción a la mitad

Son cifras positivas que confirman el buen estado de las arcas públicas de la comarca. Aunque hay municipios que han logrado reducir a la mitad la losa de la deuda, el gasto en amortizarla sigue siendo elevado en algunos municipios.

Es el caso de La Pobla de Vallbona, que en 2014 contaba con un adeudamiento de 8,3 millones de euros y descendió hasta los 2 millones en 2018. El ayuntamiento dirigido por Josep Vicent García, de Compromís, ha reducido en seis millones las cuentas pendientes con las entidades financieras y ha conseguido adelantar a Marines, que cuenta con un 3 % de deuda, Gàtova (5,7 %), Olocau (7,8%), Llíria (8 %), Benaguasil (8 %), San Antonio de Benagéber (10 %), Casinos (10,1 %) y Serra (13,6 %).

En el furgón de cola se encuentra Loriguilla con 2,3 millones de deuda en diciembre de 2018, un millón menos que cuatro años atrás. La deuda por habitante es de 1.984 euros, algo por encima de la que arrastra Benissanó, donde la losa de la deuda supone 1.402 euros por vecino. El consistorio que dirige Amparo Navarro solo ha reducido en cuatro años cerca de 300.000 euros y la cifra total se mantiene por encima de los 3 millones de euros.