Aunque los ánimos están por el suelo, en Riba-roja ya se han puesto manos a la obra para encontrar soluciones a corto plazo para paliar los efectos de la suspensión de las Fallas, que quedan aplazadas tras la decisión del Ministerio de Sanidad y del Consell que dirige Ximo Puig.

La primera de ellas es la creación de una línea presupuestaria municipal por parte del Ayuntamiento de Riba-roja de Túria para paliar los efectos económicos y sociales que derivan de la suspensión de las fiestas, según ha podido saber este diario.

El presidente de Junta Local Fallera, Rafa Fernández Company, ha explicado que el ayuntamiento ha mostrado su predisposición para asumir algunos de los costes que causará la suspensión, como el desmontaje de las carpas que han montado las comisiones. "El ayuntamiento va a estudiar cómo hacerse cargo", ha señalado Fernández.

Esta tarde habrá una reunión oficial con el consistorio donde los falleros esperan que haya más información sobre la mesa. En Riba-roja los monumentos aún no estaban en las calles ya que el montaje comenzaba el 12-13 de marzo, según el tamaño de la falla. Se encuentran todavía en los talleres de los artistas y no saben qué puede pasar ahora. Plantean seguir con el ejemplo de las dos comisiones más grandes de la localidad, que tienen arrendada una nave donde van guardando los ninots. Tal vez ahí -plantea Fernández- podría estar la solución, en mantener el alquiler y hacerlo extensible para todos los monumentos.

Lo que sí está montado son las carpas de los casales y cada comisión ya ha comprado las provisiones de comida y bebida para estos días.

Las seis fallas de Riba-roja de Túria están a la espera de más información. Agradecen la buena predisposición del consistorio y respecto al calendario fallero, esperarán a las indicadiones de la Generalidad. "Como fallero, cuanto antes se celebren, mejor", señala Fernández. Sin embargo, no pierde el optimismo y reconoce que, aunque dramático, esta situación es "una anécdota histórica que no pasa siempre".