La aldea de San Antonio se convierte en el epicentro de los pasodobles

El I Concurso Internacional de Composición de Pasodobles convocado el pasado mes de noviembre por la Asociación de Cultural El Olmo de San Antonio de Requena, una población de apenas 2.000 habitantes de la comarca de Utiel-Requena, ha atraído a compositores de toda España. En concreto, 49 artistas han presentado sus pasodobles «originales e inéditos» al concurso, que cuenta con un primer premio dotado con 1.200 euros, un segundo de 500 euros y un accésit de 300 euros.

Pese a lo modesto de la cuantía el interés suscitado por el concurso en su primera edición ha sido máximo, asegura el presidente de la asociación El Olmo, Lucio Atienza, que ante el «éxito» de participación de esta convocatoria anuncian nuevas ediciones anuales para consolidar la iniciativa que no esperaban que fuera a ser acogida así de bien.

La asociación El Olmo quiere, con esta propuesta cultural surgida en tiempos de covid y pandemia, difundir y promocionar la música a través del pasodoble, una de las composiciones más populares y reconocibles para el gran público. Una iniciativa que al mismo tiempo quiere ayudar a promocionar esta población de origen medieval y larga tradición vitivinícola del interior valenciano.

El jurado del concurso de pasodobles, que cuenta con el asesoramiento del profesor, director y compositor valenciano F. José Martínez Gallego, ha seleccionado esta semana a los tres finalistas del concurso. Si la pandemia lo permite, la previsión es dar a conocer el fallo del jurado el próximo mes de junio tras el concierto que ofrecerá la Sociedad Musical «La Armónica» en el que se interpretarán los tres pasodobles finalistas que llevan por lema («Cuando el río suena», «Noche de fuego» y «Raíces»). Como suplentes se han seleccionados las piezas «Suspirando» y «Moam».

El coordinador del concurso asegura que al jurado, formado por profesionales de prestigio, le ha llamado la atención la elevada concurrencia y el nivel de las composiciones dado que la cuantía de los premios, a diferencia de los concursos de composiciones más sinfónicas, no es muy elevado. Un interés que atribuyen, en parte, a la pandemia y el confinamiento que habría proporcionado tiempo e inspiración a los artistas para componer.

Los compositores han enviado sus partituras en papel y una copia de audio al concurso, cuyo jurado se ha tenido que reunir y deliberar por videoconferencia dadas las restricciones de la pandemia del coronavirus. «La selección no ha sido fácil y todos los pasodobles podrían haber sido finalistas», apuntan los organizadores que han valorado tanto la técnica compositiva como el ritmo de la partitura. Los responsables de la Asociación Cultural «El Olmo» se reserva la potestad de poner título al pasodoble ganador. Se elegirá, posiblemente, el nombre de un paraje emblemático del pueblo.