Los vecinos de Ontinyent ya disfrutan de un Pont Vell de paso exclusivo para peatones y bicicletas, una vieja reivindicación que ha cristalizado esta semana. El puente se cerraba ayer por mañana al paso de vehículos motorizados, una medida anunciada por el alcalde, Jorge Rodríguez, ante la necesidad de proteger el emblemático puente del siglo XVI del deterioro que provoca por el paso intensivo de automóviles de todo tipo. Según rodríguez, un informe alertaba al consistorio del deterioro del puente, que está siendo sometido a la primera fase de una rehabilitación que ahora va a acelerarse en unificarse las fases II, III y IV en una única intervención.