El Juzgado de lo Penal número 6 de València ha condenado a un hombre a pagar una multa de 2.340 euros por desarrollar tareas de podólogo en su centro de pedicura-manicura en Ontinyent, pese a que no contaban con el título correspondiente. Según consta en la sentencia, que no es firme, la condena a este varón es por un delito de intrusismo profesional. Fue el propio Colegio Oficial de Podólogos de la Comunitat Valenciana (ICOPCV) el que se querelló contra el hombre.

El condenado ejercía en un centro de Ontinyent —según pudo saber el Colegio, desde 2017— pedicuras y manicuras y, además, desarrollaba tareas propias de un podólogo sin tener el pertinente título universitario de Podología. Realizaba estudios de la pisada y usaba en el desarrollo de su trabajo herramientas que están reservadas a los graduados en Podología.

La presidenta del ICOPCV, Maite García, ha explicado que esta sentencia «es un paso más en la defensa de los derechos de los pacientes». «Todavía hay personas que confunden pedicura y quiropodia. El primero es un acto meramente estético y el segundo se trata del cuidado o atención sanitaria de alteraciones de los pies», expresó García para poner en valor el trabajo de los graduados.