Cada 24 de febrero, tres pueblos, de tres reinos distintos, confluyen en peregrinación en Llutxent, para conmemorar el Miracle dels Corporals de Llutxent. Aquí, en su basílica, asisten a solemne misa, a cuya salida se despliega el tradicional porrat, y por la tarde bajan en romería hasta el pueblo portando el Santísimo para la procesión general.

De Carboneras de Guadazaón (Cuenca), su cura –que lo es también de La Almarcha- con un grupo de feligreses acuden recordando que ellos guardan y veneran la Santa Hijuela que contuvo corporales y formas. De Daroca, asisten los miembros de su clerecía y de la Hermandad de los Corporales, que ellos custodian desde que los obtuvieron como trofeo de guerra. Y Llutxent, el pueblo anfitrión, acoge con orgullo y generosidad a los peregrinos que vuelven al lugar del escenario del portentoso milagro.

Tres pueblos unidos y hermanados por un milagro acontecido en Llutxent, en el Mont Sant y que con el tiempo impulsaría al Papa Urbano IV a instituir la fiesta de Corpus Christi en la Iglesia Universal, mediante la Bula Transiturus de hoc mundo, en 1264, hecho éste poco conocido y menos valorado por los valencianos tan cargados de historias e historia.

En el año 1239 las tropas cristianas, en su campaña de conquista del reino musulmán de Valencia, tras la rendición y capitulación de la capital, iniciaron el operativo de conquista del valle de Albaida, comenzando por el castillo de Chio, que era puerta de acceso al mismo, desde donde pretendían seguir a Xàtiva y Montesa. El grueso de la tropa estaba integrado por tercios de Teruel, Calatayud y Daroca, acampados en las inmediaciones de la citada fortaleza, cuando en el amanecer de 23 de febrero de 1239, asistiendo a Misa oficiada por el capellán de los tercios de Daroca, en el momento de impartir la Comunión a los cinco capitanes y el general se vieron sorprendidos por el ataque de los moros. La Misa quedó interrumpida recién comulgado el sacerdote y antes de comulgar los oficiales. El sacerdote escondió las seis hostias consagradas envueltas en un corporal entre unos matorrales. La batalla fue ganada por las tropas cristianas que obligaron a los moros a batirse en retirada.

A su término, el sacerdote halló las seis formas antes consagradas, estaban pegadas a la tela, empapadas y goteando sangre. Mostró el sacerdote los corporales al ejército y todos cayeron de rodillas, atónitos ante el prodigio. Los Tercios se disputaron la propiedad de los Corporales milagrosos y hubo que sortearlos entre Daroca, Calatayud y Zaragoza. Por tres veces fue Daroca la agraciada y no quedando conformes los Tercios de Calatayud y Zaragoza, el general zanjó la polémica ordenando que los Corporales fueran llevados a hombros de una burra de regreso a casa y donde ella quisiera pararse, allí quedarían. La primera ciudad en toparse fue Daroca, en cuya iglesia del hospital de san Marcos se detuvo y entró, muriendo ante su altar mayor tras once días de camino.

La relación de Carboneras con el milagro es porque conserva desde el siglo XV la Santa Hijuela. La hijuela es el pedazo de lienzo circular que cubre la hostia sobre la patena hasta el momento del ofertorio en la Misa. En este pueblo hubo un importante convento de Dominicos, en cuya Iglesia los Marqueses de Moya pusieron su panteón. En 1495, el Cabildo de Daroca regaló la reliquia Hijuela a los Reyes, amigos de los Marqueses, quienes la depositaron en el convento de Dominicos de su pueblo e iglesia. Hasta ahora se ha salvado de todas las guerras y vicisitudes adversas.

Este año, la pandemia del coronavirus ha obligado a suspender la romería y la procesión. Para festejar el 782 aniversario del milagro está previsto el acto inaugural como templo jubilar del Año del Santo Cáliz en la basílica del convento, al que seguirá una Misa solemne con exposición del Santísimo. Y por la tarde, en la iglesia parroquial, a las seis de la tarde el párroco impartirá desde la puerta del templo la bendición con la Custodia.

Son seis parroquias de la Archidiócesis en cuyas localidades tuvieron lugar distintos milagros eucarísticos las que serán templos jubilares.en el marco del Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Pasión, inaugurado el pasado mes de octubre por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares. De este modo, “por la vinculación de estos milagros con la Eucaristía y el Santo Cáliz y, por tanto, con el Año Jubilar del Cáliz de la Pasión que estamos celebrando, las seis localidades serán sedes jubilares el día de cada fiesta y se podrá obtener la indulgencia plenaria cumpliendo las disposiciones establecidas por la Santa Sede”, según informó Álvaro Almenar, canónigo celador del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia.