La tragedia ha golpeado a Ontinyent. Un adolescente de 13 años de edad falleció anoche tras caer de un tejado de uralita al interior de una antigua fábrica abandonaba, desde una altura de unos ocho metros. El hallazgo del cadáver se produjo al borde de la medianoche, después de que los padres del menor hubieran estado buscando al niño durante tres horas.

Fue un amigo del fallecido el que comunicó a los progenitores de la víctima que habían estado juntos por la tarde en la vieja fábrica de mantas de Hilaturas Jordà, aunque no que éste se había caído. Se movilizó entonces un dispositivo con la participación de varias patrullas de la Policía Nacional, la Policía Local y los bomberos, que accedieron a la fuerza al interior del complejo y se encontraron con el menor tendido en el suelo, inconsciente. Cuando llegaron los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por reanimarlo.

Los padres del menor, preocupados porque no sabían nada de su hijo, avisaron sobre su desaparición sobre las 22.30 horas tras preguntar a su amigo. Según fuentes policiales, éste les indicó que desconocía dónde se encontraba pero que por la tarde habían estado jugando en la fábrica, en torno a las 20 horas. Los progenitores comunicaron entonces la información a la Policía Nacional, que inició la búsqueda el interior de la fábrica.

Aunque los primeros indicios apuntan a una muerte accidental, la Policía Nacional ha abierto una investigación para determinar las circunstancias en las que cayó el niño. Los agentes están tratando de averiguar por qué el amigo tardó dos horas en avisar del suceso. El caso ha sido asumido por el juzgado nº4 de Ontinyent, en funciones de guardia.

Hasta el lugar se desplazaron dos dotaciones de bomberos y una ambulancia Samu. El equipo médico informó de la muerte del menor -cuya familia es de origen búlgaro- como consecuencia de la caída.

Los vecinos indican a este diario que las entradas al complejo fabril abandonado de Jordà son habituales, a pesar de los carteles que advierten de que está prohibido el paso. Los intrusos suelen colarse por la parte trasera a través de una senda que conduce a una abertura, desde el aparcamiento de la antigua discoteca OTK.