El próximo 8 de octubre Aielo de Malferit reabrirá al público la colección museográfica permanente de la ceramista Elvira Aparicio. Compuesta por unas 350 piezas, la muestra ocupó primero los bajos del antiguo Ayuntamiento, pero dentro de una semana podrá observarse en un nuevo lugar, ubicado junto al Museo de Nino Bravo en las viejas escuelas.

Elvira Aparicio posa junto a una figura durante el traslado de piezas en 2021. perales iborra

La inauguración del nuevo espacio y el traslado de las piezas estaban previstos para finales de 2021, pero los golpes del covid causaron que la iniciativa se paralizara. Ahora, casi un año después, se aprieta el botón de «reset» y el proyecto vuelve a andar. «Al ser el año cultural también creció la oferta en el municipio y se fue aplazando la cosa. Ahora, por fin, podemos decir que la inauguración tiene una fecha definida», comentó ayer Aparicio a Levante-EMV.

Aielo reinventa el museo cerámico

La artista explicó que decidió hacer la donación de las piezas al ayuntamiento del municipio en el que nació en 2015: «Vacié casi todo el estudio y decidí cambiar y trabajar otros estilos muy diferentes al costumbrismo que siempre me ha caracterizado. Aposté por series más minimalistas, por materiales como la tierra egipcia. Quería hacer algo diferente». Así, entre las nuevas series destaca una reciente dedicada al cambio climático: «He querido inspirarme en la actualidad, en lo que le está ocurriendo al planeta. Es una cerámica más contemporánea, inspirada en la sensaciones agobiantes del fuego y el calor, en la angustia».

Aparicio no esconde que sus viajes también la han influido: «He estado en Japón, Islandia o Rusia y me he dado cuenta de que la cerámica actual sigue las mismas líneas en todo el mundo. Vi que mi tipo de cerámica no se ve mucho por ahí y, por ello, volví a mi estilo clásico». Elvira Aparicio explicó que entre los fondos que donó al Ayuntamiento de Aielo de Malferit se encuentra más de la mitad de su producción: «Hay piezas que me he quedado, que guardo para mis hijos. Otras están repartidas en varias colecciones».

Catedrática de la Historia del Arte, durante 40 años dio clases y se define como una ceramista autodidacta: «Soy muy rápida, muy activa. Cada pieza que hago es única, diferente, ya que no trabajo en serie. La verdad es que me lo paso muy bien. Es como si jugaras con el barro». Desde 2016 el espacio está reconocido como patrimonio museográfico de la C. Valenciana. El próximo 8 de octubre podrá observarse de nuevo.