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El Congreso de los Diputados ha editado recientemente para su colección de monografías la obra "Azorín, testigo parlamentario", escrita por el escritor y politólogo alicantino José Ferrándiz Lozano.

La obra, que recientemente ha salido a la venta, aborda la doble vida del Azorín político y periodista en el paréntesis temporal de 1902-1923, y su vinculación al Parlamento como cronista de Cortes y diputado en cinco ocasiones.

"Azorín es el gran renovador de la crónica parlamentaria. Porque hasta que él llega, los periódicos se limitan a dar extractos de los discursos que se pronunciaban, pero cuando llega Azorín, él inventa otro tipo de crónica y añade la imagen. Guía a los lectores sobre cómo visten los políticos, qué ocurre en el hemiciclo, cómo reaccionan los diputados e incluso empieza a informar de todas las cosas que oye en los pasillos", apunta Ferrándiz Lozano.

Pero la doble barrera que simbolizan la vida periodística con la política pronto comienzan a descomponerse y, como agrega José Ferrándiz, el tono satírico o crítico de sus escritos se desvanece y el partidismo es cada vez más visible, sobre todo cuando Antonio Maura le introduce en el Congreso. "Azorín siempre concibió el periodismo como un arma de influencia política. Intervino en escasas ocasiones como diputado, y siempre en temas menores, pero fue un intelectual de acción política que la ejerció desde el periodismo", afirma el también doctor en Ciencias Políticas y Sociología.

La novedad de "Azorín, testigo parlamentario" es que no solamente se basa en el libro "Parlamentarismo español" de 1916 sino que estudia todo el corpus periodístico completo de la época, con más de 900 artículos en los que Azorín alude de algún modo a cuestiones parlamentarias.

Vargas Llosa dijo de estas crónicas que "Azorín convierte las sesiones en un espectáculo teatral inusitado, lleno de sorpresas y de gracia, de estupidez y de ternura, en una frase gentil a la que el lector asiste con indulgencia y buen humor".