Más de 30 pinturas de Santiago Ydáñez, en su mayoría inéditas, llenan de rostros y miradas la Fundación Chirivella Soriano para despertar emociones que parten de "lo profano" y "real" para alcanzar una "espiritualidad" más profunda, casi sagrada. Un recorrido por diez años de trabajo que van desde expresiones teatrales y rudas hasta imágenes místicas y serenas.

Desde que en 1998 Ydáñez dibujó su primera cara, Lo real hecho sagrado alterna pinturas líricas y "agresivas" que reflexionan sobre la locura del ser humano, e incluso sobre la "brutalidad infantil", con imágenes más "místicas" inspiradas en su propio rostro maquillado, el de amigos o fotografías de desconocidos.

El artista, que ayer presentó la exposición, explicó que si en la mayoría de sus obras se pinta la cara antes de plasmarla en el cuadro, es para "acentuar los rasgos: los ojos, los orificios de la cara" y así darle ese "toque primitivo y bruto", propio de su estilo.

La muestra "parte de lo profano" e "intenta llegar a lo espiritual, no desde un punto de vista religioso, pero sí desde la intención de transmitir emociones".