El inventario de documentos históricos del Archivo de la Catedral de Valencia enumera 410 manuscritos y 125 incunables pero de ellos el auténtico tesoro es una docena de obras "de valor excepcional", si bien "no comparables" al Códice Calixtino, robado en la Catedral de Santiago de Compostela, admite el canónigo encargado del archivo de la Seo valenciana, Vicent Pons.

Este grupo de documentos está sometido a unas condiciones especiales de protección, la principal de las cuales es estar "en un lugar de seguridad que muy pocos conocen". En el visitado templo gallego, solo tres personas tenían acceso al códice desaparecido.

Con todo, Pons rechaza cualquier crítica a las medidas de seguridad de Santiago. "Eran las adecuadas, las mismas que funcionan aquí y las que están en vigor en todos los archivos públicos", afirmó ayer a Levante-EMV.

Los tesoros bibliográficos de la Seo de Valencia no solo se conservan en un lugar recóndito, sino que se sacan de allí en contadas ocasiones. Cualquier investigador no puede acceder a ellos, sino que tiene que documentar experiencia y prestigio. Además, tanto estos manuscritos excepcionales como otros solo pueden ser puestos en manos de expertos con el visto bueno del archivero.

La Biblia de Sant Vicent Ferrer -ahora en restauración- o dos manuscritos del siglo XII son algunas de estas piezas de especial valor. No obstante, las miniaturas, el taller, el contenido y el hecho de que es el primer documento que cita Santiago como lugar de peregrinaje convierten al Códice Calixtino en pieza única.

No hay seguro posible

El Archivo de la Catedral mantiene el actual sistema de seguridad desde la reforma del espacio estrenada hace cinco años y tras el caso de Santiago no se ha planteado reforzarlo, aunque cualquier mejora siempre es buena, apunta Pons. "Creo que es de los mejores entre los archivos valencianos", afirma el canónigo, quien considera imposible asegurar todo lo que contiene. "Se necesitaría todo el presupuesto de la Generalitat", ironiza.

El archivo de la Universitat de València es otro de los principales contenedores de joyas bibliográficas. "La primera medida de seguridad es no hablar de ellas", asegura su responsable, Victoria García. Añade que la digitalización y la realización de facsímiles -soluciones también aplicadas en el de la Catedral- son fórmulas que se han extendido para evitar incluso que investigadores accedan a estos documentos. El director del Archivo del Reino, Francesc Torres, declinó ayer hablar de seguridad. En esta entidad, como en casi todas con siglos de historia, saben bien lo que es un robo.

Doce expertos buscan el rastro del "Códice" en las grabaciones

Doce especialistas del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) integran el núcleo de la investigación sobre la desaparición del "Códice Calixtino" de la Catedral de Santiago de Compostela. Tres de los doce especialistas llegaron ayer procedentes de la Brigada Central de Patrimonio Histórico de Madrid y los nueve restantes pertenecen a la policía científica de A Coruña y de Santiago.

En la operación policial en busca de esta obra del siglo XII, ayer se intensificó la presencia de agentes de paisano y uniformados, así como el establecimiento de controles en distintos puntos de Santiago.

Los agentes de la Brigada de Patrimonio se centran principalmente en las imágenes grabadas de la sala donde se custodiaba el "Códice Calixtino". El deán y archivero mayor de la catedral, José María Díaz, explicó el jueves que había controles en todos los ángulos del claustro, de forma que quedaría fotografiada cualquier persona que pudiese entrar. Son estas grabaciones las que analizan los especialistas policiales.

Por su parte, el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, aseguró que que el robo del códice llevaría aparejadas penas de hasta cinco años de prisión y advirtió cierto "déficit de seguridad" en la custodia.

Según Manuel Moleiro, editor de facsímiles de códices, si el "Códice Calixtino" fuese a subasta su precio podría alcanzar los 100 millones de euros.