¿Es un canto de amor a los libros ahora que se venden menos y que según algún visionario van a desaparecer?

Sí, es un canto de amor. De lo otro, no es preocupante cambiar de formato mientras se siga leyendo. Lo preocupante es que se dejen de leer los clásicos.

En Dublín la gente inteligente se queda en casa y escribe libros. ¿Qué hace la gente inteligente de Valencia?

Aquí tenemos gente inteligente, pero estamos en un momento en que la gente que debería tener más presencia social no la tiene. Algunos medios televisivos fomentan que sea conocido otro tipo de personajes.

Solo un relato del libro está ambientada en Valencia. ¿Le repele el localismo?

No sé si repeler, pero no me siento cómodo con los localismos. Tener una visión hacia el ombligo no es lo más positivo.

¿En el ámbito de la cátedra no le miran mal por ser un «best seller»?

En mi entorno próximo no lo he notado. Puede ser que ocurra, pero no vamos a preocuparnos por el qué dirán mientras lo que hagas te deje dormir por las noches.

Reivindica a Walter Scott. ¿Por su coraje personal, en la época actual ve algún autor que se le acerque?

Philip Roth. O Vargas Llosa desde un punto de vista muy diferente. Son autores que han tenido arrestos para decir lo que piensan en un momento dado.

¿Ha pensado en tener un Maquet (el negro de Alejandro Dumas)?

A veces me viene la tentación, pero es inasumible. Lo ideal es poder hacerlo tú todo, porque cuando buscas encuentras otras cosas que te sirven en el futuro. Seguiré así.

En la dialéctica entre evasión y compromiso se sitúa en el primer punto, ¿no?

Reconozco que lo que potencio es la evasión, pero incluso en la literatura más comprometida hay componentes de entretenimiento. Y es imposible hacer literatura sin que rezume reflexiones.

Tras el tijeretazo del 30 % a la cultura, este Gobierno ve los libros y las artes como un lujo prescindible?

Algo de eso hay. Se pueden replantear políticas de subvención, pero si lo cortan todo, nos quedamos en un mundo mudo y ciego. Y es muy triste. El arte además conduce a la reflexión; otra cosa es que no queramos que la gente lo haga.

¿Qué opina de los escritores que opinan de política?

Yo soy bastante retraído y procuro no hacerlo, pero me parece legítimo. Normalmente suelen ser reflexiones bastante interesantes, se compartan o no, porque es gente que ha leído bastante. Otros abren la boca antes de haber empezado a pensar.

¿Vender tanto como Dickens o un premio Cervantes?

Mucho escritor que hoy es canónico era muy popular: Shakespeare, Lope, Cervantes… ¿No se puede escribir algo que guste a muchos y tenga calidad literaria? Yo lo intento. El tiempo y la crítica decidirá.