Balance más que positivo es el que hicieron ayer el director del festival, David Sánchez, el alcalde, José Ramón Calpe, y la edil de Festival, Ana Montagut, de la cuarta edición del Arenal Sound, "la mejor de todas". En su cuarto año de vida se ha convertido en "un festival de referencia", en el más multitudinario dentro del panorama musical español, coincidieron organización y ayuntamiento.

Así, el festival logró una afluencia masiva de público, que ha conseguido reunir a 280.000 personas en los cuatro días de conciertos, y con el ánimo de seguir creciendo y mejorando las infraestructuras.

Sánchez destacó que el festival "ha crecido en infraestructura, organización, calidad y servicios" y el nivel de satisfacción de los sounders es bueno, y es al final son los que valoran todo". Aún así, la organización ya se ha puesto manos a la obra para la quinta edición, con "alguna novedad", por el aniversario, pero también para recoger sugerencias de mejora. "Es un proyecto muy joven y vamos a preguntar a los asistentes los puntos de mejora para incorporar el año que viene", aseguró Sánchez.

"En solo cuatro años, es un festival referente en el panorama musical, y en número de asistentes", insistió Sánchez, y desarrollarlo "sin incidentes". La actuación más problemática fue la de Steve Aoki, aunque Sánchez lo achacó al "efecto fan", ya que "hay artistas que consiguen que más afluencia", pero, aún así, aseguró que la entrada de ambulancias y el aumento de seguridad fue "por el beneficios de los asistentes". Aun así, recordó que todo lo relacionado con Aoki siempre tiene "rumorología", por su trayectoria.

Con 60.000 asistentes diarios, "la idea es mantener los mismos números", aseguró el director del festival. Por su parte, Calpe resaltó el trabajo de la organización. "Hace cuatro año nos propusieron un reto que asumimos, pero nos dio vértigo, y nos lo sigue dando cada año". La asistencia de 60.000 personas en Burriana "da vértigo", porque "son mucha gente", explicó Calpe, que reconoció que "este año han sido muchos los momentos de tensiones, desencuentro y broncas", entre la organización y el ayuntamiento, "pero todo nos ha llevado a lograr una nueva edición, que ha sido la mejor de las cuatro".

El director del festival, David Sánchez, explicó además que en el problema de la joven que no accedió al recinto por hablar en valenciano debe de "prevalecer el sentido común". Sánchez apuntó que la empresa de seguridad procede de toda España, y "gran parte de sus trabajadores son de Jaén, por lo que si nos dirigimos en valenciano no lo entienden". Según la empresa de seguridad, la seguridad le dijo a la joven: "si no te importa dirigirte en castellano, porque no entiendo el valenciano", y ahí "se generó el revuelo". Sánchez insistió en que "debemos respetar que no todo el mundo hable en valenciano", y aseguró que "si la organización tuviera algo en contra no hubiera contratado a grupos como Manel y Antònia Font para el festival".

Españoles para la clausura

Como todos los días, los grupos españoles son los encargados de sudar. Ayer le toco el último turno a La Bien Querida y a Los Punsetes. La bilbaína mostró el cambio en su música, más electrónica, con una guitarra, su pareja, y un programador y percusión electrónica. Los madrileños fueron los siguientes, y como todas las tardes el público buscaba la sombra que hace el escenario.

Dorian, que viene del último día del FIB, no quería ser menos. Esta vez en el escenario grande. La banda de barcelonesa ya había pisado tierras castellonenses, pero ayer ofreció uno de esos conciertos en los que la gente corea casi todas sus canciones. Repasaron temas de su último trabajo, La velocidad del vacío, pero al final se rindieron ante el público con sus éxitos El temblor, A cualquier otra parte La tormenta de arena.