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Crítica

Desde el efecto al afecto

«Sociedad Filarmónica»

palau de la música (valencia)

Dir: Juan Pablo de Juan. Int. Coro de Voces Graves de Madrid. Obras de Mendelssohn, Rheinberger, Unterseher, Whitacre, Elberdin, Biebl, Quartel, Lauridsen, Wesley, Pierpont y Peris.

Apropiado final pre-navideño en la SFV. Un concierto poco habitual de polifonía de los siglos XIX y XX entonada por tenores, barítonos y bajos con experiencia nacional y recorrido internacional, que también convocó a los Amigos del Palau ante ese novedoso repertorio.

La voz, en solitario o arropada entre sí, ofrece una calidez exclusiva emanada por la garganta que controla y transmite sin ningún instrumento que intermedie, resultando en una audición mucho más cercana al oyente. Los cantores de Madrid son un conjunto de 60 voces que, gracias a la experiencia y el trabajo del maestro De Juan „cantor también él„, dominan la técnica coral con afinada comprensión de su geometría gestual para traducir cada partitura. Desde el Ave María de Josef Rheinberger, se pudo percibir el especial mimo por obtener melodías, contrapuntos y ecos en su justo equilibrio.

Por momentos, y dependiendo de cada obra, los cantantes tomaron diferentes posiciones sobre el escenario, lo que sumó un elemento visual nada banal que, además de simpático, agradeció el público. Hay en De Juan una notable querencia por cuidar las atmosferas sin llegar nunca al efecto estéril y por eso logró instantes de electrizante emoción como en Sure on this shining night de Morten Lauriden o el Ave Maria de Franz Bibl.

Se llegó al cenit con el estreno de la versión para voces masculinas de la cantata Snow Angel, para coro, piano, cello y narrador, de la compositora canadiense Sarah Quartel (Ontario 1982). Con ejemplar soporte de piano y cello en sus cinco movimientos, el texto solista, impecablemente dicho por un componente del coro, habla de tres ángeles que cuentan historias de amor y reencarnación, finalizando con el afecto de la voz de un niño, la cual aporta luz a un mundo convulsionado. Será una obra de repertorio.

A veces, a estos coros se les llama de Voces oscuras. Nada que ver en los madrileños, quienes relucieron con brillo propio. Un lúdico bis basado en melodías de televisivos anuncios navideños puso una nota de humor y al público en pie.

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