Usted, que se ríe del rock melifluo que lleva su hijos en el reproductor y los domingos luce orgulloso la camiseta de AC/DC, usted que dice que las mejores baladas son las de Metallica; sí, usted también ha bailado alguna vez en penumbra La cosa más bella. Pues sepa que el culpable no fue Eros Ramazzotti sino Nacho Mañó, que le facilitó aquella tarjeta de San Valentín al transformar «ci vuole passione con te/non deve mancare mai/ci vuole mestiere perché/lavoro di cuore, lo sai» en «contigo hace falta pasión/no debe faltar jamás/también maestría, pues yo/trabajo con el corazón».

Mañó, a quien se le conoce sobre todo por su etapa en Presuntos Implicados y con una larga trayectoria como productor, cumple de vez en cuando con otra faceta a la sombra de los autores, adaptando letras extranjeras al castellano. Empezó precisamente con La cosa más bella (Più bella cosa) y, después de varios años alejado de esa tarea, ha firmado las traducciones de Perfecto, último trabajo del italiano, que este fin de semana actuó en Barcelona.

«Tuve que pasar un casting de adaptadores», recuerda Mañó sobre el primer gran éxito que le llegó de Ramazzotti, en 1996. En el mismo disco de La cosa más bella ambos llegaron a componer una canción a medias escrita directamente en castellano: Yo sin ti. «Seguimos trabajando en algunos discos más pero luego lo dejamos, por agendas», recuerda el valenciano. Durante este paréntesis, Ramazzotti contó con una profesional española en Milán, que además de adaptar los temas le ayudaba con la pronunciación. Cuando la nueva compañera cambió de destino, antes de este último disco, el italiano preguntó a Sergio Dalma por alguien que pudiera hacer la traducción y este le devolvió el nombre de Nacho Mañó. «Estuvimos durante el mes de febrero del año pasado en Milán y luego he ido trabajando por Skype con los diferentes autores de sus letras, otros tres aparte del propio Eros», señala el productor.

Dice que el propio Ramazzotti participa de la adaptación porque se maneja bien en castellano. «Trato de respetar las imágenes poéticas; en realidad este es un trabajo de autoría», explica Mañó, que aprovechas para reivindicar a los letristas: «En otros países sí que ves que el propio cantante habla del autor de sus temas; aquí no se conocen apenas, salvo Perales o Manuel Alejandro».

Y a las Spice Girls

Ramazzotti no ha sido el único a quien Mañó ha echado una mano con el idioma. También a Lucio Galla y a los grupos brasileños Kid Abelha, So para contrariar y Sandy & Junior. De hecho, sus primeras traducciones fueron del portugués y por pura afición, hasta que llegaron los encargos profesionales. Sin ser un políglota, como él mismo reconoce, le llegaron letras también del inglés, provenientes de dos de los grupos con más tirón entre los adolescentes en el final del siglo pasado. Primero fueron las Spice Girls, que le pidieron una versión de 2become1 y después recurrió a él Gary Barlow, exmiembro de Take that. Por lo que respecta a su tarea, muchas veces le pasan la traducción literal de las canciones, y él se encarga de pulirlas. «Luego te suelen pedir que envíes una traducción al inglés de tu propia adaptación, para asegurarse de que no introduces una barbaridad», cuenta. Con ninguno ha mantenido una relación tan estrecha como con Ramazzotti.