La cuarta edición de Masterchef llega con mucho sabor valenciano. El concurso, que comenzó anoche, cuenta con una representación valenciana especialmente numerosa al tener entre sus fogones a Aniuska, una atleta profesional de 23 años; Esmeralda, una desempleada de 45 años; Salva, un administrativo de Busot; y Ángel, un joven de 31 años que buscó en Londres su sueño de ser chef y de momento es friegaplatos. También se suma una quinta, Reichel, camarera de 33 años nacida en Valencia y afincada en una aldea de Huesca.

Ana March Cervera o Aniuska, componente del Valencia Club de Atletismo, especialista en distancias largas, y autodenominada «la teniente O'Neill», estará presente en la nueva edición de Masterchef 4 después de superar las dos últimas cribas en el programa de presentación de ayer. Formará parte junto con Esmeralda, Salva, Reichel y Ángel, la representación valenciana en el concurso.

La joven, que en el mes de mayo cumplirá 23 años, pasó el último corte con un plato de pescado compuesto por una cama de patata y un fondo con merluza, mejillones y dos gambas en forma de corazón. A pesar de superar la última criba aprendió lo que es la dureza del jurado. Samantha Vallejo-Nájera lo calificó de «sano, feo y equilibrado». Con su atolondrada descripción del plato, del que disertó sobre la aportación de minerales y proteínas, acabó por recibir la amonestación de José Rodríguez. («¡Déjame hablar!»), a la vez que le advirtió que la patata se le había quedado dura. También Jordi Cruz le advirtió que «te gusta discutir y escuchar poco. Ya veremos si nos sirve». A pesar de ello, fue una de las agraciadas con el delantal a pesar de que, al salir de la prueba, lo hizo escondiéndolo, haciendo ver que había sido eliminada, para entonces mostrarlo de forma jubilosa.

Aniuska, como se autodenomina, fue preguntada por su carrera deportiva, de la que aseguró que ha sido «tercera en el campeonato de España». Efectivamente, ese fue el puesto que consiguió en el nacional universitario del pasado año. También tiene varios títulos a nivel autonómico. El pasado mes de marzo acabó en el puesto 52 del campeonato de España de campo a través.

Esmeralda se define como una mujer sincera, amable, dulce que habla siempre desde el corazón. Una mujer espiritual convencida de que el universo le brinda la oportunidad de entrar en Masterchef para abrirle las puertas de la gastronomía.

Salva es perseverante, competitivo y reconoce que las críticas no le sientan demasiado bien. Además, preside la Asociación de Busot de Moros y Cristianos y entre sus muchas aficiones le gusta tocar la percusión en una banda de música.

Reichel es camarera y agente forestal y se define como una persona inconformista, rebelde y defensora a ultranza de la naturaleza; desde hace años vive en una aldea del Pirineo con sólo dos habitantes, ella y su novio.

Y por último, Ángel, es un chico de barrio apegado a su familia y amigos que, tras trabajar como mecánico en Valencia emigró a Inglaterra, persiguiendo su sueño: ser chef. A pesar de esforzarse no ha conseguido pasar de friegaplatos.

La entrada de Esmeralda y Salva tuvo suspense porque ambos fueron obligados a salir de los fogones y posteriormente reincorporados. Esmeralda confesó que nadie de su familia, más allá de su marido, sabían de su inscripción en el programa. Y Salva, que había sorprendido con una reinterpretación de los huevos con chorizo, fue obligado a pedirle matrimonio a su novia, tal como prometió en su ficha de presentación.

Otros tres valencianos estuvieron cerca de conseguirlo, incluyendo una pareja madre e hijo, Jonathan y Rosa, que pese a competir uno contra otro, ninguno de los dos logró su objetivo, y Zaida.