El poeta y dramaturgo David Fernández Rivera homenajeó el pasado miércoles a Josep Lluís Sirera, autor valenciano fallecido en 2015, con quien mantuvo una estrecha amistad. Lo hizo en el Salón de Actos de la SGAE de València, con motivo de la presentación de su último audio-libro, Fractal (Amargord Ediciones). El poeta le hizo entrega, a título póstumo, de la Medalla Fénix de Oro, que fue recogida por Remei Miralles, esposa del dramaturgo valenciano.

El acto fue organizado por el Centro Gallego de Valencia en el marco de actividades de la celebración del Día de las Letras Gallegas, y en colaboración con la Asociación Cultural Concilyarte y la Asociación de Escritores y Críticos Literarios de Valencia (CLAVE).

Nueva experimentación

La presentación del último trabajo de Fernández aunó poesía, música e interpretación, junto con un diálogo íntimo y una reflexión sobre la identidad y la perdida del ser humano en la sociedad actual. La voz del poeta resonó con contundencia sobre las piezas de piano interpretadas por Fernando Jericó. Tras los temas de Fractal, el pianista tocó una composición sonora escrita por el propio David Fernández Rivera sobre las bases de la visión artística que unió el camino del gallego con el de Josep Lluís Sirera. Icerberg, que así se llama la pieza, «parte de la máxima expresión de las más diversas manifestaciones creativas y artísticas del ser humano, entendidas como un todo», según el artista gallego.

Con esta actuación, David Fernández Rivera cierra una etapa de más de quince años para dar paso a un nuevo estadio en su obra, en el que primará, tal y como él ha especificado, la exploración sonora, cinética y visual.