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El videojuego valenciano busca financiación y mentalidad empresarial

Las Naves presenta el Libro Blanco del sector en la Comunitat Valenciana, que el pasado año facturó 10,1 millones y dio empleo directo a 466 profesionales - El estudio destaca que más de la mitad de los ingresos procede del mercado internacional

El videojuego valenciano busca financiación y mentalidad empresarial

El Libro Blanco del desarrollo de los videojuegos en la Comunitat Valenciana es un estudio impulsado por Las Naves y el Institut Valencià de Cultura, y elaborado por DEV (Desarrollo Español de Videojuegos). El panorama del sector del videojuego valenciano que dibuja oscila entre el optimismo -alto nivel de internacionalización, crecimiento constante en el número de empresas, perspectivas de aumento de empleos, incremento de ingresos- y la necesidad de resolver asignaturas pendientes como la especialización en los estudios, la mayor presencia de mujeres y, sobre todo, las necesidades de financiación.

También advierte el Libro Blanco de que el tejido empresarial está constituido en su mayor parte por microempresas con una vida media de apenas tres años, algo de lo que los expertos culpan a la «falta de mentalidad empresarial» de los emprendedores del sector. «Somos gente creativa pero nos olvidamos que en una empresa es necesario un departamento de marketing y un departamento financiero», aseveró el presidente de DEV, Luis Quintans.

El videojuego, tal como señala el informe, se ha convertido en el principal motor del entretenimiento global con 2.200 millones de jugadores y representa una industria que en 2017 logró generar 116.000 millones de dólares en todo el mundo. En España la industria está compuesta por 450 empresas que en 2016 facturaron 617 millones de euros y dieron empleo a 5.440 profesionales, cifras que crecen anualmente un 20 %. Aún así, las industrias de los principales países productores consiguen un ratio de facturación por empresa muy superior a España.

En la Comunitat Valenciana, el desarrollo y producción de videojuegos facturó 10,1 millones de euros y dio empleo a 466 profesionales de forma directa. A finales del pasado año en València, Castelló y Alicante había constituidas 60 empresas y 30 estudios estaban a la espera de constituirse como entidad legal. El 57 % de los ingresos del sector valenciano proviene de fuera de España, principalmente de Estados Unidos y Canada (23 %), que se situa incluso por encima del mercado europeo (20 %).

Según el estudio, este alto nivel de internacionalización del videojuego valenciano se refleja en que el 100 % de las producciones hechas aquí están disponibles en inglés, superando incluso al castellano (100 %). Se trata, según Quintans de un «dato diferenciador» ya que ninguna otra comunidad presenta estas cifras. Por contra, sólo el 4 % de los videojuegos valencianos están disponibles en valenciano, idioma que se sitúa por detrás del francés, el alemán, el ruso o incluso el japonés.

En cuanto a la estabilidad laboral, el 51 % de los 466 empleados del sector en la Comunitat Valenciana (un 30 % más que en 2016) posee un contrato de carácter indefinido. La industria también cuenta con 180 colaboradores freelance y genera 465 empleos indirectos. El 65 % de ellos han cursado estudios superiores pero las mujeres sólo representan el 17 % de las empresas del sector.

Microempreses

Como se ha dicho, el tejido empresarial de videojuego valenciano está constituido en su mayor parte por microempresas de menos de 1o0 trabajadores y, pese a ello, apenas facturan 200.000 de los 10,1 millones de euros de 2017. Eso en el lado negativo. En el positivo se podría incluir que el 81 % de las empresas y estudios activos a día de hoy no existía hace 10 años, un crecimiento que se ha acelerado especialmente en el último lustro en el cual se ha creado el 47 % de las empresas de videojuegos que funcionan actualmente.

Otro problema a resolver es el de la financiación. Según sus autores el 96 % de las empresas necesita financiación para llevar a cabo sus proyectos y para su operativa diaria. La totalidad de estos estudios se financia con medios propios, y el 68 % de ellos a partir de los ingresos generados por sus líneas de actividad. Por contra, la presencia de fuentes de financiación externa es muy baja, y suele provenir de familiares, amigos o iniciativas de incubación y aceleración.

«Nuestra industria necesita iniciativas tanto públicas como privadas que canalicen, acompañen y hagan crecer la importante cantera de gran talento que se está generando -concluyó Quintans-. El ecosistema que se ha creado en la C. Valenciana representa el caldo de cultivo ideal para que se generen los casos de éxito que nuestra industria necesita para acometer grandes producciones que nos posicionen donde merecemos».

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