Una gigantesca instalación formada por un centenar de esculturas inflable-electrónicas inspiradas en los hermosos y extravagantes personajes de El Bosco. «Jardín Autómata» es el nuevo proyecto de la artista Olga Diego.

Con más de 400 metros cuadrados la instalación de Olga Diego, que ocupa la Sala Dormitori del Centre del Carme, sumerge al visitante en un paraíso de libertad creativa y sexual donde el pecado de la carne del que advertía El Bosco es sustituido ahora por el plástico, en una crítica al capitalismo y a la sociedad de consumo.

«En mi obra busco provocar una experiencia. Tengo la sensación de haber creado en la Sala Dormitori un pequeño microuniverso», explicó ayer la artista.

Diferentes humanoides, cuadrúpedos y personajes híbridos son suspendidos en el espacio de la sala en una composición aérea y en continuo movimiento, mientras otros inflables se encuentran posados en el suelo mientras recrean escenas más terrenales y libidinosas.

La exposición se extenderá hasta el 28 de octubre.