Ha muerto Ricardo Llopesa, fundador y presidente del Instituto de Estudios Modernistas; poeta y estudioso de la Poesía; enamorado de Rubén Darío y embajador en València de su Nicaragua natal.

Incansable agitador cultural, capaz de cualquier gesta en materia de expansión didáctica de la literatura; un hombre que ha sabido ganarse el respeto de todos los compañeros y capaz de marcar un magisterio incontestable en esta tierra tan poco dada a los respetos y los magisterios.

Nacido en Massaya, ciudad atormentada en estos momentos por los duros momentos que pasa la sociedad nicaragüense, vino a estudiar a España y ya en los años sesenta se instaló en València, donde conoció a su esposa Rosa, con la que tuvo dos hijos.

Abrió restaurantes -era un excelente cocinero - y exploró nuevas propuestas de difusión de la Poesía, con tertulias y charlas que se hicieron célebres. Era el máximo especialista mundial en la figura de Rubén Darío, a quien profesaba una admiración sin límites. Además de estudios pormenorizados de su obra presentó las versiones más fidedignas de los originales darianos; se sabía de memoria todos los versos de su paisano, hasta el punto de considerar los mágicos textos de Ruben Darío como una verdadera vida para su desarrollo vital.

Además de prodigarse en todo tipo de actos públicos, abría las puertas de su casa con una generosidad encomiable: quien iba a saludarle un rato para hablar de cuestiones poéticas pasaba varias horas de charla, donde nunca faltaba una propuesta gastronómica que elaboraba al instante.

Era un genio en muchos sentidos y convirtió su hogar en un verdadero templo del saber; primero en su vivienda de la Olivereta y luego en la avenida Pérez Galdos. Le acompañaba siempre su esposa, una mujer sabiamente bohemia que es una artista de las manualidades y la vestimenta. Formaban un duo inenarrable, digno de un libro o incluso una película; personajes entrañables y peculiares de una Valencia cultural que nunca volverá a ser la misma.

Normalmente nadie dice nada malo de una persona cuando acaba de fallecer, pero el mérito de Ricardo Llopesa es que jamás se dijo nada malo de él en toda su vida, y su trayectoria es aplaudida por intelectuales y escritores de todos los sectores literarios de la ciudad.

Aunque nació nicaragüense, Ricardo Llopesa fue un gran pensador y un gran escritor valenciano. Descanse en paz y gracias por todo lo que nos dio en vida.