Judi Dench transmite autoridad y ha bordado papeles como la jefa del espionaje británico en la saga de James Bond o su oscarizada reina Elizabeth de Shakespeare in love, pero en la vida real la actriz británica, que ayer recibió el Premio Donostia del Festival de San Sebastián, no se considera poderosa. «No me considero poderosa de ninguna manera, no tengo poder», señaló horas antes de recoger el tercer gran premio honorífico de esta 66 edición del certamen donostiarra, por una trayectoria marcada por personajes de carácter.

Dench ganó el Óscar a la mejor actriz secundaria con tan sólo seis minutos en pantalla en el filme de John Madden, pero ha estado nominada siete veces en total y también posee nueve premios Bafta, dos Globos de Oro y siete Laurence Olivier del teatro británico.

Ayer en San Sebastián ha echado la mirada atrás para recordar sus comienzos. «Yo quería ser diseñadora de teatro, empecé a formarme para ello y querría seguir ahora, pero quizá es un poco tarde», bromeó, a sus 83 años.

Una visita a un montaje «extraordinario» de «El rey Lear» con Michael Redgrave le hizo cambiar de opinión. «Recuerdo volver a casa y decirle a mis padres que yo nunca sería tan buena, no tenía esa imaginación, así que decidí seguir los pasos de mi hermano Jeff y me apunté a la Escuela de Arte Dramático», relató.

Sus primeros pasos los dio en la compañía Old Vic y la Royal Shakespeare Company y en la década de los 70 y 80 su carrera se centró en el teatro. Su primera prueba para el cine fue desalentadora. «Una persona que ya no vive me dijo: 'gracias por venir, pero nunca harás una película porque todo está mal con tu cara'», recordó la actriz. Ahora atesora más de cien títulos. Su fama se multiplicó a partir de 1995, cuando pasó a formar parte de la saga del agente 007 como M, la jefa del servicio de inteligencia británico, papel que ha ejercido hasta Skyfall (2012).

En San Sebastián, Dench presenta la película de espías Red Joan, basada en la vida de Melita Norwood, la espía británica más longeva del KGB, y aún tiene un par de estrenos por delante: lo nuevo de Kenneth Brannagh, Artemis fowl, y Six minutes to midnight, de Andy Goddard.