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Vuelven 'los grises' de Victorino a las Fallas

El hierro de la 'A' coronada también estará presente en Madrid, Bilbao, Sevilla y Nimes

Vuelven 'los grises' de Victorino a las Fallas

«Es pronto para hablar sobre los toros que llevaremos a Valencia la próxima Feria de Fallas, pero sí puedo asegurar que será una corrida cinqueña en su mayoría porque el año pasado dejamos varios toros por tipo y por sementales para lidiarlos este año. El toro de cinco años tiene más plenitud y fisiológicamente está mejor estabilizado. Los animales bravos, cuando llegan a su edad y peso ideal, embisten mejor; así que no tengo dudas de que la corrida será muy seria de presentación y ofrecerá posibilidades de embestir. Por otra parte, el toro que sale en Valencia es un ejemplar armónico de plaza de primera, es decir; un toro con trapío y seriedad, sin exageraciones, aunque si el ganadero se pasa al mandar una corrida seria no pasa nada y es mejor para el aficionado». Así se pronuncia Victorino Martín García unos días después de anunciar oficialmente a través de las redes sociales el retorno de los famosos astados de procedencia Saltillo-Albaserrada al coso de Monleón.

La ganadería fundada por su padre en Galapagar en los años 60 estuvo presente la temporada pasada en la Feria de la Magdalena de Castelló, el 160 aniversario de la inauguración de la plaza de toros de Utiel y, por primera vez, con una novillada en la Setmana Taurina d'Algemesí: «Nunca hemos dejado de lidiar ningún año en tierras valencianas, ya sea en plazas de toros o en el festejo popular», recuerda. No obstante, el próximo mes de marzo se cumplirán 6 años y 10 meses desde que los toros de la «A coronada» pisaran por última vez el albero valenciano. Fue el 12 de mayo de 2012, en la conmemoración de la festividad de la «Mare de Déu dels Desamparats» y el resultado fue bastante mediocre: una solitaria vuelta al ruedo de Juan Bautista como único botín para los toreros y tan solo dos victorinos que merecieron la opinión favorable del público; los lidiados en quinto y cuarto lugar, respectivamente. Lo más destacado de la tarde corrió a cargo de Manuel Jesús, «El Cid» con la mano izquierda ante ese cuarto, pero el diestro emborronó con la espada el buen trazo de los naturales instrumentados a «Hostelero», que fue aplaudido en el arrastre.

Aunque este último festejo de Victorino apenas dejó su huella en el recuerdo del aficionado valenciano, los toros que pastan en Las Tiesas (Cáceres) han escrito con letras de oro su nombre en el coso de la calle Xàtiva, sobre todo en la Feria de Julio. En el imaginario colectivo todavía perdura el gran encierro de 2000; también en el del ganadero: «Hay una tarde que recuerdo por encima de todas porque me emocioné mucho ya que hubo toros muy encastados. Fue aquel festejo del 21 de julio con Zotoluco, Óscar Higares y José Luis Moreno, en el que mi padre dio una vuelta al ruedo tras finalizar la corrida y el mejicano salió por la puerta grande. Además, esa tarde hubo muchos toros que bajaron de los 500 kilos de peso y ahí se demostró como el trapío no son los kilos», recuerda Victorino Martín García.

La tarde estuvo marcada por la impresionante dureza y el correoso comportamiento de los astados de encaste Saltillo-Albaserrada y por la cornada de quince centímetros que sufrió en el muslo derecho José Luis Moreno, de la que fue intervenido en la enfermería de la plaza. También por el extraordinario tercio de varas que protagonizo Efrén Acosta -picador a las órdenes de Zotoluco- ante el cuarto toro, de nombre «Inventado». Un hermoso espectáculo que estuvo precedido de un batacazo del piquero, que voló por encima de su cabalgadura tras el primer encontronazo con el toro. Una vez repuesto, esperó de frente y con el palo en alto la acometida del victorino, que se arrancó de lejos, para un instante antes del encuentro, tirar la vara certeramente al morrillo del animal, deteniendo su acometida, picándolo con eficacia y elegancia y dándole salida después limpiamente por delante del caballo.

Un toro de vuelta al ruedo

Otra de las actuaciones de los astados cárdenos en la capital del Turia que mejores recuerdos trae al criador de toros de lidia es la efectuada por Luis Miguel Encabo a un burel que fue premiado con la vuelta al ruedo. Sucedió un 20 de marzo de 2005, al final de la Feria de Fallas. El diestro madrileño cortó una oreja de «Soberbio», herrado con el número 11, cárdeno, bragado y meano, de 500 kilos de peso, y del que Victorino Martín Andrés dejó dicho que destacó por «su capacidad de humillar y transmitir emoción. Ha sido un toro codicioso que ha tenido la virtud de ir a más». Otra de las efemérides que ha tendido como escenario nuestra plaza y a los toros de la «A coronada» como protagonistas tuvo lugar el 8 de octubre de 1995. Ese día, víspera del Día de la Comunitat Valenciana, un torero de la tierra que ostentaba el cetro de la tauromaquia, se encerró con seis astados de este prestigioso hierro en solitario y cortó dos orejas: Enrique Ponce.

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