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Bombino: "Ni Boko Haram ni Daesh podrán borrar el rock de África"

"Los europeos y los tuareg reaccionan de forma diferente ante mi música"

Bombino nació en 1980 en Tidene, un campamento al norte de Agadez. Diez años después, la primera rebelión tuareg obligó a Bombino a marchar a Argelia por seguridad. Sus vicisitudes vitales no le han impedido a este fan de Jimi Hendrix, Dire Straits y Santana revolucionar la escena musical africana como no se recuerda desde el sudafricano DJ Mujava y convertir su guitarra eléctrica en un símbolo de libertad para su pueblo. Su propuesta se basa en el blues tuareg que popularizaron bandas como Tinariwen, pero acercándolo al rock y actuando como un auténtico «guitar hero».

¿Reacciona un europeo de forma diferente a su música de lo que lo puede hacer un tuareg ?

Sí, por supuesto. Para los tuareg, las letras son muy importantes. Ellos saben la mayoría de las canciones y les encanta cantarlas. En cambio, fuera de África, la gente, por supuesto, no entiende lo que estoy cantando, así que para ellos todo lo importante es la música. La audiencia occidental se preocupa más por la dinámica de la interpretación, y eso es algo que a los tuareg no les importa mucho. Ellos solo quieren escuchar las canciones que aman para poder cantarlas y sentir esa gran conexión que nos brinda la música.

¿Le molesta ser presentado siempre en Europa como un «producto exótico» o que su vestimenta y su origen puedan llamar más la atención que el talento que sale de su guitarra?

No, sinceramente no me molesta. Entiendo mi papel como embajador la cultura tuareg y también para Níger, mi país. Me tomo en serio este papel y me enorgullezco de ello. Para mí es un honor representar todo eso. Por lo tanto, abrazo mi posición de presentar a la gente algo que consideran «exótico». Como para mí es fácil hacer esto con la música, conseguir que los europeos puedan apreciar y sentir nuestra cultura, para mí este trabajo de embajador cultura bastante es sencillo.

¿Teme que terremotos políticos, sociales y religiosos como los que ha provocado Daesh o Boko Haram puedan borrar el rock y otras expresiones culturales modernas del Sahel y el resto de África?

No, por supuesto que no. La música no se puede borrar. Una vez que la música está en el mundo, está ahí para siempre, viviendo en los corazones de los pueblos en un sentido y, por supuesto, en internet en el sentido más práctico. Quienes piensen que pueden borrar de la cultura las partes que no le gustan son simplemente ingenuos.

¿El hecho de que una guitarra eléctrica sea un símbolo de libertad para los tuareg hace su rock y blues más auténtico que el de, por ejemplo, los Rolling Stones?

No estoy muy seguro de a qué te refieres con «auténtico», pero pienso que cualquier tipo de música puede ser auténtica por derecho propio. Los Rolling Stones, igual que hago yo, lo que hacían era simplemente interpretar la música que llegaba a sus manos a través de sus corazones. En ellos influyó el blues igual que a mí me influyó el rock de su generación, como fue Jimi Hendrix o algo más tarde Dire Strataits. Por eso yo no creo que sea más auténtico que otros músicos.

Y, hablando de los Rolling Stones, ¿podría contarnos cómo fue trabajar con ellos en la versión que hicieron con usted de su «Hey Negrita»?

Para ser sincero no lo recuerdo muy bien. Fue hace ya mucho tiempo y en el momento en el que hicimos aquella grabación yo no sabía quiénes eran esos tipos, así que no estaba prestando demasiada atención. Lo único que recuerdo es que mientras estaba tocando miraba a aquellos tipos, a Charlie Watts y Keith Richards, y me decía a mí mismo: «tío, estos viejos están locos».

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