Los rockeros van al infierno. Ya lo advirtió Barón Rojo en aquella canción en la que también aseguraban que no eran bueno, y del averno emerge Marcos Herrero, alter ego de Yo Diablo, ganador del Sona la Dipu de este año. Diablo y Barón ponen esta noche en Manises, junto al mítico Rosendo, el broche a la presente edición del programa musical de la Diputació de València, una lanzadera de las bandas noveles valencianas que en esta ocasión ha apostado por un clásico: larga vida al rock and roll.

Dice Carlos de Castro, en nombre del Barón, que «la gente joven viene muy enseñada», pero cuidado, «hay que ser muy profesional para poder alcanzar la longevidad en el mundo de la música». Aconseja al Diablo que «siga luchando y sea muy cabezota para abrir definitivamente esa puerta entreabierta que le deja el Sona la Dipu». Y le agradece que «como otros jóvenes haya tenido la osadía de meterse en esta farándula del rock, lo que nos viene bien para seguir tocando».

El Diablo, de nombre Marcos, empezó definiendo su música como una miscelánea de punk y rockabilly y ha acabado enmarcando sus creaciones como rock vintage. Admite que «es difícil etiquetar esa mezcla de rock sucio, rápido y psicodélico». Dejémoslo en rock. Cuando habla de compartir escenario con el Barón le viene a la cabeza «el rocker de antes, dureza, pelo largo?», y está encantado, claro.

Algunas de esas prominentes cabelleras de los barones son historia, pero no su directo, que»es de lo que seguimos viviendo en un tiempo en el que no tiene sentido grabar cd's». Es la principal diferencia entre la escena musical en la que nació Barón Rojo, donde «el reto era conseguir un sello discográfico con el que grabar», y el panorama actual en el que irrumpe Yo Diablo, en el que «los chavales tienen un acceso grande a la información y funcionan de forma más autónoma, teniéndose que pagar las grabaciones».

De nuevo con Paco Loco

Así es, al menos en el caso de Marcos Herrero. «He aprendido solo a tocar la guitarra con un ordenador, después de muchas clases y de que mi padre se cansara de enseñarme a tocar», confiesa el Diablo. Su triunfo en el Sona 2018 le permitirá grabar un disco con el sello que él elija, y parece tenerlo claro: «quiero seguir trabajando con Paco Loco en su estudio de Cádiz, aunque me gustaría que fuera en vinilo y no en cd, me hace mucha ilusión».

En vinilo o en cd, el premio por ganar el programa musical de la Diputació es simbólico en un momento en el que los conciertos son la principal vía para sumar adeptos. El Barón vive del directo y también el Diablo tendrá su oportunidad de presentar sus credenciales en los principales festivales nacionales. La gala de presentación de ganador del Sona en Manises, custodiado por Barón Rojo y Rosendo, será solo el primero de una serie de bolos que darán la oportunidad a Marcos Herrero.

«Es un buen momento para el directo y los festivales, para aprovechar las múltiples plataformas musicales a las que tiene acceso la gente joven», apunta el alma de Yo Diablo, que va cambiando de batería para completar su propuesta.

Las nuevas tecnologías no son el único factor que ha motivado los cambios en la industria musical. En opinión de Carlos de Castro, «la dificultad para vender música en los soportes tradicionales se debe también a la amplia oferta de entretenimiento que existe hoy en día y al poco interés de los medios de comunicación, en especial la televisión, por los espacios musicales de calidad. Ahora solo hay buenos programas de madrugada que no ve nadie», lamenta el Barón.

En un tiempo en que el vinilo y hasta el cd empiezan a ser para nostálgicos, el rock recurre a la fuerza del directo para escapar de la frugalidad de los nuevos géneros. El Barón y el Diablo comparten este sábado escenario junto a otro mito, Rosendo. Manises es la plaza escogida, en la explanada del párking de la estación de metro. La gran fiesta del rock está servida como colofón de un Sona la Dipu de récord, con un centenar de maquetas presentadas.

El Barón ve en este programa musical de la Diputació «una fórmula que atrae a la gente y permite que se pueda ver a aquellos que empiezan». Llevan años entonando su credo: «el destino no está marcado al nacer, yo he elegido ser lo que siempre seré, hijo de Caín...». El Diablo es uno de esos hijos de Caín que busca su destino, y para recorrer el camino tiene fuego, miedo, ajo y balas; y una larga carrera musical por delante, quien sabe si eterna, como la leyenda del Barón.