Aunque con algo de retraso, el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) abrió ayer las puertas de su subsede en Alcoi. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, junto al conseller de Cultura, Vicent Marzà; el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, y el director del IVAM, José Miguel G. Cortés, inauguraron oficialmente la nueva sede del centro de arte moderno en el Centre d'Art d'Alcoi (CADA). «Damos un paso fundamental en la integración de nuestra tierra con esta subsede del IVAM», dijo Puig ayer.

Así, para Marzà «el IVAM de Alcoi inicia su recorrido y se abre a la ciudadanía con identidad propia para reflexionar a través de la cultura. Tendrá su programación aprovechando los extensos fondos del IVAM pero mostrando también atención a los artistas de la zona y la realidad social e la ciudad».

El IVAM inauguró así su nueva sede en Alcoi con la retrospectiva dedicada a la figura de Eusebio Sempere (Onil, 1923-1985), organizada junto con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, donde se ha exhibido entre abril y septiembre de 2018.

«La exposición revisa las aportaciones estéticas más personales de este artista al arte español e internacional del siglo XX», explican desde el museo. En ella se destaca su papel fundamental en el desarrollo y evolución de la abstracción geométrica y las tendencias ópticas y cinéticas.

Se trata de un recorrido por tres décadas de trabajo de Sempere, desde 1949 hasta 1981, con una selección de 145 obras, que incluye acuarelas, gouaches, relieves luminosos, collages, pinturas, móviles, esculturas y proyectos interdisciplinares, y se completa con un apartado documental formado por fotografías, libretas y cuadernos, recortes de prensa, catálogos, almanaques y diversas publicaciones, que ayuda a comprender y contextualizar su trayectoria artística.

Colaboración de colecciones

Las piezas proceden de numerosas colecciones particulares, de fondos públicos y centros de arte que conservan conjuntos muy significativos de obras de Sempere, como el Museo Reina Sofía de Madrid, la Fundación Juan March, el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, la Fundación Caja Mediterráneo y el propio IVAM.

La muestra -comisariada por Carmen Fenández Aparicio y Bélen Díaz de Rábago y que se podrá visitar hasta el próximo 3 de febrero- se inicia con un conjunto de acuarelas abstractas, realizadas entre 1949 y 1951. Unas en la línea del cubismo tardío y otras, siguiendo la estela poética y colorista, relacionadas con la obra de Kandinsky y Klee. Estas primeras tentativas abstractas dan paso a un trabajo más personal, que se inicia en torno a 1953 en París. Sempere toma conciencia de que la realidad debe ser abordada como poliedro, mediante la tridimensionalidad, el juego óptico y el cinetismo. Tras estas piezas, se muestran dos tipos de obras que plasman la investigación del artista sobre el movimiento y la luz como material artístico. Por un lado, se presenta un amplio conjunto de dibujos a gouache sobre papel y junto a ellos, se ofrece una selección de relieves luminosos móviles.

Vuelta España: Hacia nuevas formas materiales

El recorrido continúa con obras realizadas a partir de 1960 tras volver a España, en medio de un ambiente pictórico dominado por el informalismo. Comienza entonces una nueva etapa de su carrera, en la que el artista se esfuerza por centrarse en la pintura.

Siguió trabajando con gouache, en soportes de mayor tamaño y con una preparación que aportaba textura y rugosidad al fondo, e introdujo leves referencias figurativas, por ejemplo, al paisaje. Estas pinturas fueron también un ejercicio de desarrollo de su técnica compuesta en base a finas líneas de color nunca homogéneo, con una rica y refinada variedad de tonalidades que le permitió realizar obras en las que la vibración de la luz y su efecto espacial y atmosférico es determinante. En 1964, Sempere viajó por EE UU, donde conoció a Josef Albers, y su trabajo toma un nuevo impulso en su obra. Utiliza los mismos esquemas lineales, pero incorpora dos nuevos materiales: el cartón y el hierro. Durante un periodo corto Sempere realizó una serie de collages, un grupo de obras que requerían un minucioso recortado del cartón.

Las composiciones con figuras geométricas se consiguen mediante un complejo entramado de líneas oblicuas o curvas que, a través de la interacción de figura y fondo y del reflejo de la luz, provocan un efecto inestable, móvil e irisado.

La interacción de planos sucesivos en profundidad, utilizada en los collages, es también la base de la realización de la serie de móviles en varillas de metal cromado o pintado que expuso ese mismo año en Nueva York.

Desde la segunda mitad de los años 60 se van definiendo los elementos esenciales de su gramática pictórica madura, centrada en exclusiva en las formas geométricas. El componente exclusivamente geométrico dicta otros conjuntos de pinturas clásicas, definidas por la variación entre la raya fina y la más gruesa. Paralelamente, surgen composiciones de líneas muy finas en tonos graduados sutilmente, ocres o grises, en los que la temática espacial se desarrolla intensamente cambiante. Sempere participó también en variados proyectos en los que buscaba la interacción del arte plástico con la música, la arquitectura, las nuevas tecnologías, la cibernética y la ciencia, lo que demuestra la riqueza de sus intereses artísticos.

Parte de estos trabajos se pueden ver en una sala de la exposición que presenta contenido más experimental. En este contexto destaca su participación en el Proyecto de música electrónica (1967), que realiza con el grupo Alea de Luis de Pablo; en los Seminarios de Análisis y Generación Automática de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid (actual Complutense), en los años 1969-1972, de los que surgen obras realizadas con computadora, y, en las exposiciones Antes del Arte.