El sindicato de Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV) vivieron anoche en Rambleta su gran noche por partida triple. Entregaron sus premios anuales, celebraron sus 30 años como entidad y se adelantaron al Día Mundial del Teatro que se conmemora hoy.
La gala, dirigida por Mertxe Aguilar, contó con reconocidos rostros del sector en el patio de butacas, muchos de ellos nominados en las categorías de los galardones. Finalmente, los premiados de la noche fueron Iolanda Muñoz -que también es presidenta de la entidad-, por Les dones de Bletchley en la categoría de mejor interpretación femenina de doblaje y Miquel Viñoles a la mejor interpretación masculina de doblaje, por Visca el Rei Julien.
En el apartado de audiovisual triunfaron Verònica Andrés, por Açò és un destarifo en el apartado femenino y Pau Gregori, en el masculino, por Paella today. La categoría de mejor interpretación de teatro femenino y masculino, respectivamente, reconocieron los trabajos de Resu Belmonte, por Joc de xiquetes, y Enric Benavent, por Faust.
Además, los galardones dedicaron especial atención a los más jóvenes. Los premios Crisálida de esta edición de los premios fueron para Laura Pellicer, por Açò és un destarifo, y Guille Zavala, por El jardí dels cirerers, La vaca que riu y Tourmalet.
Iolanda Muñoz, presidenta de la entidad señaló en sus palabras al patio de butacas que «tenemos un trabajo maravilloso, tenemos el poder de hacer volar por unos instantes a las personas hacia un lugar diferente al que viven».
Pero no solo habló del lado bonito de la profesión. También reivindicó su faceta más guerrera. Aseguró que «hemos encabezado luchas laborales, pero también sociales como el 'no a la guerra' o las luchas feministas», dijo Muñoz para recordar que han conseguido firmar con las empresas valencianas un convenio laboral de teatro, «que nos ha costado el mismo tiempo de vida que tiene la asociación, 30 años». «Juntos encontraremos la manera de hacer entender el poder de nuestro trabajo, juntos callaremos la boca de quien piensa que es la vocación por nuestro trabajo lo que paga hipotecas y no un salario justo», criticó.
Muñoz defendió que «nuestro talento hará que las instituciones confíen en nuestro potencial como intérpretes y estén dispuestas a que seamos portadores de la cultura valenciana, dentro y fuera» de la Comunitat Valenciana. «Estamos en un momento decisivo, estamos sufriendo un cambio en cuanto a política cultural, un cambio que desde la asociación apreciamos. Pero pensamos que estamos solo al principio del camino. Somos conscientes de donde venimos, pero es nuestro deber de decir que nos hacen falta más medios para llevar a cabo nuestro trabajo», criticó.
Muñoz se congratuló por haber recuperado en esta edición los premios del audiovisual y doblaje. «Nos sentimos satisfechos de este retorno, pero tenemos un cierta sensación de intranquilidad», señaló en alusión a la reapertura de la televisión pública valenciana. «Vivimos en la era audiovisual y una comunidad con lengua propia necesita un apoyo televisivo para mostrar los temas que implican a la comunidad. Y esto tendría que ser intocable», dijo tajante.
En su parlamento, la presidenta de los actores destacó que el gremio «nos sentimos parte motora de la sociedad, parte implicada en el cambio». «Queremos formar parte de esa seña de identidad, queremos que contéis con nosotros para continuar haciendo de nuestra sociedad un pueblo más culto, más participativo y con más ganas de ir al teatro, al cine».
La presidenta de los actores no pudo dejar de lado su condición de mujer. «Cuando preparaba este discurso pensaba '¿de verdad tengo que decir esto? ¿Todavía estamos así? Sí. Soy mujer y como mujer represento al 50 % de la población valenciana. Y desgraciadamente este 50 % todavía no es visible en los escenarios, en la televisión y en el audiovisual valenciano», lamentó. «Me resulta increíble -continuó- tener que estar reclamando esto todavía. Nosotros, que tenemos voz y pertenecemos al primer mundo, todavía no tenemos las mismas oportunidades que nuestros compañeros». A esto evidenció que «las mayores consumidoras de cultura somos las mujeres». «¿No interesan las historias de mujeres? No me lo creo». «Las mujeres exigimos a las instituciones, a las compañías de teatro, a las productoras y a los compañeros dramaturgos y guionistas la misma representación que los hombres. Las historias pueden ser contadas igual por hombres que por mujeres. Interesan igualmente».
Un llamamiento al público
Pero Muñoz no quiso tampoco desaprovechar la ocasión para dirigirse a aquel para el que realmente trabajan: el público. «Quiero dirigirme en concreto a esa parte de la sociedad valenciana que nunca, o pocas veces, ha asistido a un espectáculo teatral en la Comunitat Valenciana. Venid al teatro. Queremos demostraros que somos capaces de haceros sentir, de haceros pensar, de haceros reír y llorar». Para Muñoz, eso supone «haceros más libres, de ayudaros a que os hagáis preguntas, de estimularos, de provocaros». «Dadnos sólo una oportunidad», suplicó la presidenta de los actores valencianos, quien pidió «más teatro y más cultura».
