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Música

Neus Ferri: "Me inspiran más los malos momentos que los buenos"

Antes de acariciar la fama gracias a 'La Voz' , Neus Ferri se curtió a base de rock duro y garitos

Neus Ferri: "Me inspiran más los malos momentos que los buenos" juan pérez fajardo

Un título extraño para estos tiempos que nos obligan a ser «Wonderfuls». ¿Por qué?

Porque «shit happens», si nos van a pasar a todos las mismas cosas chungas está bien que las destapemos y cantemos sobre ellas, que seamos más naturales, aunque sean mierda igual. Hay que hablar de las emociones, que es lo que hace falta.

¿Nos iría mejor si aprendiéramos a convivir con las cosas malas y no perder tanto tiempo en buscar las buenas?

Sí, y además hay muchos temas tabú sobre los que no solemos hablar ni cantar. No se habla de la muerte, ni de la menstruación, de muchas cosas que pasan y que no sé por qué solemos tapar.

The Persuaders cantaban que hay una fina línea entre el amor y el odio. ¿Cuántas veces la ha traspasado con este disco?

Aunque a veces compongo desde la alegría, normalmente lo hago desde las cosas malas que ocurren. Por eso esa línea la suelo traspasar muchas veces. Nadie quiere sentirse mal, pero abrazar esas cosas malas permite que pasen más rápido y hagan menos daño. Intento amar el odio cuando puedo, aunque aplicarlo a veces es difícil.

¿Entonces le inspiran más los malos momentos que los buenos?

Sí, desde siempre. Aunque ahora creo que me estoy abriendo más.

La última canción, «Me costó demasiado», es como una liberación después de pasar por todos los estadios del odio. ¿Es un disco conceptual?

No, pero hay una temática que une las canciones, que es la que aparece en el título. Sí que está muy pensado que esa canción sea la última y habla mucho soltar todo eso que me ha hecho coger odio por cosas que no me tocan. Todo el mundo debería querer menos cosas que no son tan importantes como pensamos. Y habla también de lo que me ha costado soltar este disco y todo las cosas que han pasado con él, las buenas y las malas.

¿Le ha sido más difícil sacar este disco que el primero?

No, al revés. El otro disco lo grabé en 2014 pero tuve que esperar tres años a que saliera. Este segundo disco llevaba tiempo trabajándolo. Soy muy visceral, no me esfuerzo cuando no hay nada que decir y, menos una, todas las canciones han ido saliendo solas. El proceso ha sido mucho más libre que en mi primer disco, es más del momento presente.

¿Qué tiene este disco de confesional?

Quien sabe mi historia sabe que este disco es una radiografía de todo lo que me ha pasado a nivel profesional y que me ha afectado en lo personal. Son cosas que me han pasado a mí pero que también son extrapolables a más gente. Hay canciones que la gente piensa que van de amor, y ninguna va de eso.

¿De qué va entonces?

Habla de varias cosas, pero por ejemplo «Salvaje» habla de una relación tóxica con una empresa, con un trabajo. «Me costó demasiado» va sobre la necesidad de soltar muchos lastres. Quizá «La vez y la calma» sí está inspirada en una persona pero de ahí ha pasado a otra cosa.

¿El disco es anterior o posterior a tu marcha de la multinacional en la que estabas?

La mayoría de las canciones las llegué a presentar a Warner y ahí es cuando decidieron soltarme.

¿Qué pasó?

Me dijeron que no les parecía etiquetable. Cosa que a mí me la suda completamente.

¿Qué querían, que la gente le buscara en las estanterías de «pop rock femenino» o algo así?

Sí, femenino, para algunos lo femenino es un estilo. Creo que hay mucha gente que no es etiquetable. Este es un disco que pasa de clichés.

Pese a que hay más medios tiempos, es un disco más rockero que el primero.

Sí, es más crudo. Es lo que quería. Yo soy cantante de local, de metal y rock. Y las emociones también requerían un sonido más crudo. El disco anterior tenía las directrices que tenía, había como más «brilli brilli». Para mí lo importante es que la música diga lo mismo que las canciones.

¿Tiene que ver esta instrumentación más cruda en que se siente más segura a la hora de componer?

Creo que sí. Antes estaba más insegura, me proponían cualquier cosa y decía «vale». Pensaba que mis composiciones no estaban a la altura, y ahora me he dado cuenta de que sí lo estaban desde mucho antes. Lo que pasaba es que hasta ahora no me había permitido la libertad de mostrarme como soy, que es algo que nos pasa a muchos artistas y a muchas mujeres.

¿También las mujeres rockeras lo tiene más difícil que los hombres?

Sí, como en todos los sitios y en todas las disciplinas. Pese a que hemos estado ahí desde siempre, el rock siempre ha estado demasiado vacío de mujeres.

Aún se le recuerda como la concursante de la primera edición de «La Voz» en 2012. ¿Tanto pesa la fama televisiva?

Tiene una parte buena y una mala. La gente continua preguntándome por Melendi, y es como si te borraran todo lo que habías hecho hasta entonces, algo que me da igual porque si no lo miras es porque no te interesa demasiado lo que hago.

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