Susana Solano (Barcelona, 1946) está en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) con Acta, una retrospectiva que repasa la obra de sus últimos 20 años. La muestra, con Ramon Escrivà como comisario, reúne un centenar de obras entre esculturas, instalaciones, dibujos, vídeos y una selección de maquetas, a las que se les da aquí la entidad de obra de arte. Se inaugura el jueves.
«Esta es una retrospectiva en la que hemos intentado dar visibilidad a las dos últimas décadas, una época, quizás, menos conocida», explica Escrivà. «Ha primado la intención de rescatar obras de estos 20 años y hacer una selección de obras nunca vistas. Intento que no sea un visionado de catálogos», añade.
Para el IVAM, comisario y artista han elegido un conjunto de obras «raramente expuestas y algunas nunca vistas. «A ellas llegamos por la investigación y viajes al estudio, a los archivos y almacenes de Susana. Lo más fascinante del proyecto es la investigación, ir descubriendo cosas», explica el comisario.
Además, avanza que Acta da una «lectura personal sobre el vínculo entre piezas»: «Es como un tejido, las piezas se ensamblan unas con otras por texturas, materiales,... Me interesaba la piel de las cosas, además de la forma».
Otro rasgo «importante» de esta retrospectiva es el peso de la obra de pequeño formato. «Tendemos a establecer una jerarquización de obras heredera de postulados académicos. Cuanto más grande, más monumental. La selección ha abundado en obra de pequeño formato porque es más intimista, en ella la artista investiga y, quizás, arriesga más», plantea Escrivà. «También era interesante darle talla de obra de arte a las maquetas», añade.
P ¿Cómo es, para usted, la artista, la exposición que inaugura el IVAM el próximo jueves?
R Ramon Escrivà [el comisario] se ha dejado llevar por las texturas y la manipulación, por la huella del proceso. Hay obras que son anteriores, de hace 20 años y otras son obras que nunca he enseñado. Hay algunas que, cuando las haces, no las puedes tener siempre en el estudio. Las empaquetas y las guardas. Revisando obras con Ramon se decidió traer algunas.
P ¿Qué siente cuando ve obras de hace dos décadas?
R Las obras de hace 20 años no me pertenecen, hacen su propia vida como los personajes de una novela. Están ahí y nunca sabes qué va a pasar con ellos hasta la ultima página.
P¿Resisten bien el paso del tiempo?
R No está bien decirlo, pero me sorprendo de la capacidad de trabajo que he tenido en estos años. Creo que mis obras aguantan bien el paso del tiempo. Los que cambiamos somos las personas y las modas. Actualmente, el público está muy dirigido y desconcertado a la vez.
P¿Está todo inventado en el arte?
R No. Inventado no, más bien hablamos de creación. Cuando uno tiene una necesidad, da igual que viva en el siglo XX que XXI.
P ¿Exponer una obra es como desnudarse en público?
R No. Yo no me desnudo. Siempre hay una barrera, un antifaz.
P¿Qué supone exponer en el IVAM?
R El IVAM es un museo clave hoy día en España y también en gran parte de Europa. La gente está muy pendiente de su programa porque hace exposiciones magníficas. El dinamismo y la buena acogida por parte de público y artistas es evidente.
P¿Hay machismo en el mundo del arte?
R Es probable que haya porque hay una serie de personas que dicen si o no a los proyectos, pero yo siempre me he mantenido al margen. Yo no he querido reforzar mi condición por ser mujer. He trabajado en talleres en los que al principio me miraban como sorprendidos, pero de eso hace ya 40 años. Al final te reconocen y te estiman mucho.
P Está en el templo de Julio González. ¿Se siente heredera de su obra?
R Me siento heredera de una cultura, evidentemente. Tengo una conexión especial con el IVAM porque me he desplazado varias veces aquí para ver exposiciones. La colección que tiene de Julio González es un peso muy fuerte.
P¿Cómo ha evolucionado la escultura desde que usted comenzó?
R Han cambiado los medios. Las nuevas tecnologías han provocado un gran cambio. La manualidad o el trato con la materia se ha desplazado. Esto es un resultado de la evolución de los tiempos. Pero se pueden hacer buenas creaciones con el medio que sea.
P¿Hay buena cantera?
R Sí hay buena cantera, pero la escultura es una disciplina muy cambiante. Los planes de estudio son ahora más teóricos, burocráticos. Quizás falta más taller y ensuciarse. Pero son los tiempos, que cambian.
P¿En qué se inspira?
R Mi inspiración depende del momento. No tengo una metodología. En el caso de las intervenciones públicas, me guío por el espacio, porque interfieres en él y dejas tu huella. Has de ser respetuosa y cuidadosa porque la gente va a convivir con tu intervención. Hay casi una serie de normas como en arquitectura. La obra que haces en el taller es otra cosa, es más íntima y personal. La puedes esconder. Es tuya.
P Decía Gaudí que todo está en la naturaleza.
R Somos naturaleza. El humano es naturaleza. La que más.
P¿Cuáles son sus referentes?
R Uno cambia sus pasiones, pero mis referentes van desde la música a la literatura o cine. No son solo los artistas. Estos te pueden excitar, cuando ves una buena exposición sales muy motivada.
P¿Podemos identificar esas inspiraciones en esta muestra?
R Es difícil porque lo que haces es acumular y eso tiene que fluir. La creación es algo muy natural, puede ser obsesiva, tremenda y a la vez plácida. Mi creación ha sido obsesiva, no solo ahora, sino en el conjunto de los años.
P¿De los momentos de obsesión salen mejores obras?
R Todos los artistas somos obsesivos pero en el sentido de que no estamos de acuerdo en muchas situaciones de la vida y la sociedad. Siempre hay cierta denuncia. Si no tienes tus preguntas, no tienes respuestas. La obra no deja de ser una respuesta de aquello que te incomoda.
P¿El arte debe plantear cuestiones o dar respuestas?
R Hay gente que cree que crean a partir de sus respuestas, pero cuando cuestionas es porque no estás de acuerdo.
