Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Raquel Ferri: "Nada me haría más ilusión que trabajar en València"

Actriz de profesión, es de Montaverner pero todavía no ha trabajado en la Comunitat Valenciana

Raquel Ferri: "Nada me haría más ilusión que trabajar en València"

Desde que se estrenó con Joana 2015 hasta su papel de «ángel» en Àngels a Amèrica de Tony Kushner con una producción del Teatre Lliure, todo ha ido muy rápido en la vida y carrera de esta antigua estudiante de Educación Social que se lió la manta a la cabeza y dejó su tierra para ser actriz. «No soy la misma, he pasado por diferentes manos de directores y directoras, desde el momento en el que trabajé con Pablo Ley, pasando por Paco Mir, Lluís Pascual... Y Pablo Mesiez, que ahora lo está petando en Madrid y con el que hice El temps que estiguem junts...».

¿Cómo ha sido trabajar en una producción tan arriesgada como «Àngels a Amèrica»?

Ha sido la primera vez que trabajo en una producción tan grande pero realmente me sentí muy cómoda y muy segura porque mi personaje destaca sobre los otros. No porque esté mejor o peor, sino porque es un personaje más onírico y menos real. Era casi una apuesta de circo, un reto porque tenía que interpretar un personaje mientras estaba en el aire, haciendo posturas acrobáticas. Fue una experiencia preciosa.

La obra habla de uno de los grandes miedos del siglo XX, el sida, y fue escrita cuando usted apenas era una niña.

Yo no tenía ni idea de lo que era el sida ni de cómo afectó medicamente y, sobre todo, socialmente a millones de personas, cómo se apartó al sector homosexual, la persecución política que hubo. Fue increíble descubrir ese mundo.

¿Encuentra semejanzas entre esa América conservadora de la obra con la actual normalización de la extrema derecha?

Soy de las que cree que la historia se repite y que caemos en los mismos errores. Deberíamos cambiar entre todos esta locura. Mi personaje, el Ángel, dice que hemos de dejar de progresar porque cada vez que lo hacemos es a peor. Hay que avanzar sin destruirnos.

Con Pablo Ley acaba de hacer «La memoria perdida», un monólogo en el que también recorre ese siglo XX que le pilló de refilón. ¿Esta cómoda en la memoria?

Comodísimo. Me encanta hablar de la memoria y que cada vez se sepa más lo que ocurrió en la Guerra Civil y con el exilio. Hablar del pasado nos ayuda a entender el presente e imaginar el futuro.

¿Pero no cree que hablamos tanto del pasado que hacemos poco por cambiar el presente?

Creo que no, creo que tenemos que saber muchas cosas del pasado y aprender de los errores y de las cosas bonitas. La memoria perdida no solo habla del pasado en sí sino de una mujer que se enfrentó a todas las mareas que se le opusieron. Y eso es un aprendizaje.

¿Echa de menos València o es una etapa superada?

Me muero de ganas por trabajar en mi tierra. Cuando me marché a Barcelona la cultura en València estaba estancada. Por suerte ahora se está viviendo una nueva época. No me haría nada más ilusión que trabajar en València.

Participa en la nueva temporada de «Las chicas del cable». ¿La tele es algo alimenticio o se la toma tan en serio como el teatro?

Me encanta hacer audiovisual. De hecho estoy esperando con muchas ansias que aparezca un nuevo cortometraje, que se llama «Ni oblit ni perdó», dirigido por Jordi Boquet, sobre el asesinato de Guillem Agulló y su familia.

Participar en una producción de Netflix como esa puede ser un paso importante en su carrera.

Creo que estoy dando mis pasitos, con mucho trabajo detrás y mucho esfuerzo. Lo importante es la ilusión y el apoyo de la familia.

Compartir el artículo

stats