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Festival

"Nuestro sueño es crear la Rototom City"

El director del festival de reggae de Benicàssim propugna un espacio permanente para la música, la igualdad y el respeto

Ambiente en la edición 2018 del Rototom. PACO POYATO ACF FOTOGRAFIA

La cultura y la música caminan de la mano en el festival Rototom Sunsplash de Benicàssim, uno de los encuentros musicales más esperados del año. De acuerdo con opiniones de los asistentes, está considerado como el festival de reggae más importante del mundo.

«La gente que viene al Rototom no viene solo para disfrutar de conciertos, sino también para vivir esta experiencia y formar parte de un mundo multiétnico y multirracial donde la gente se encuentra y comparte sus experiencias de vida» y que se integra dentro del «Universo Rototom», tal y como detalla Filippo Giunta, director del Rototom Sunsplash.

El «Universo Rototom»

Desde el Rototom tienen un deseo que quizá en los próximos años consigan hacer realidad. «Nuestro sueño de siempre ha sido crear una pequeña ciudad ‘Rototom City’, donde todo lo que se monte en el festival no dure solo siete días, sino que esté haciéndose todo el año en un espacio permanente dedicado a la música y con valores de igualdad, solidaridad y respeto», afirma el director del festival. Así pues, muchos de los asistentes podrán introducirse en el «Universo Rototom» los 365 días del año, asistiendo a las charlas, conferencias, actividades y eventos musicales que giren en torno a la cultura reggae. «Cuando llega el último día del festival la gente está triste porque no quiere abandonar este universo, y ahora no tendrán por qué hacerlo».

Al comienzo sería durante el periodo estival, y a continuación se ampliaría a una duración anual de la propuesta.

«Muy curioso»

A pesar de tener una oferta muy especializada y concreta, durante esta vigésimo sexta edición que se abre el jueves se espera una gran afluencia de público, según Filippo Giunta.

El público del festival es «muy curioso» no desea a los grandes nombres del momento, sino que también les gusta descubrir cuáles van a ser las propuestas que van a sonar en los próximos años e indagar en cosas nuevas para el futuro.

«Son bandas que cuando las presentamos no las conoce nadie, pero que, con el tiempo, llegan a ser unas muy queridas y escuchadas». Además, el Rototom puede presumir de un público multicultural, porque solo el 50% de los asistentes son españoles, el resto de personas que acuden a la cita provienen mayoritariamente de lugares como Francia, Inglaterra, Italia, Dinamarca, Alemania, Bélgica, Holanda, EE.UU. y Sudamérica.

Con todo, es muy complejo hacer un festival tan poco comercial, aunque a ellos les sale muy bien, afirma Giunta, porque son amantes de la música y de la cultura reggae. A esto se le suma que el Rototom lo integra un equipo de cincuenta personas que trabaja todo el año para hacerlo posible. «Queremos desarrollar muchas áreas y cada una de ellas tiene una ilusión y la ambición de crecer. Necesitamos el trabajo de mucha gente con mucha pasión».

Novedades

Al tener varios escenarios, la selección de las propuestas musicales es compleja, hay que dar espacio a los nombres importantes del reggae, que casi todos son de Jamaica; pero a la vez también se hace distinción a las novedades de reggae que provienen de todo el mundo.

«Este año proponemos un cartel con vistas al futuro, pero también al pasado, porque vienen muchas bandas y artistas para celebrar sus aniversarios como cantantes, los ‘grandes leones del roots’ que cumplen 40 o incluso 50 años dedicándose a la música. Este tipo de reggae es el más tradicional, el de las raíces. Para los amantes de este estilo va a ser una edición muy especial», asegura Giunta. Además, casa a la perfección con el lema de este año, «Stand up for Earth», por el respeto al medioambiente y a las tradiciones, que también son musicales.

Otro aspecto a señalar es que el grueso económico del festival no se destina al caché de los artistas, sino al personal, infraestructuras y actividades culturales, porque desde el Rototom se intenta dar el máximo en cuanto a servicios para los asistentes, como las áreas con hamacas o las duchas.

«Lo importante es que la gente que viene esté a gusto, siendo además que es un festival con público muy familiar, con niños e incluso personas ancianas».

El abandono de sus raíces

Los primeros cuatro años de historia del festival sucedieron en el jardín de una discoteca en Italia, cuando el público dejó de caber en el recinto se trasladó a un camping y en dos años tuvieron que cambiar a un parque natural bajo los Alpes. En seis o siete años volvió a quedarse pequeño. Finalmente, por problemas políticos con la Liga Norte de Salvini, tuvieron que proteger a los asistentes de sus agresivas políticas, trasladando el Rototom a España.

«Los cambios fueron bastante traumáticos porque muchos de los colaboradores no han podido seguirnos y acompañarnos en la aventura» cuenta Filippo Giunta.

Después de 10 años, «podemos decir que el cambio nos ha beneficiado muchísimo. Ahora somos un equipo mucho más fuerte, tenemos la puerta abierta con muchos continentes y nos sentimos más valorados por el país. No volveríamos a Italia».

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