La banda Tardor, el pequeño sello discográfico Futuras Licenciadas y la promotora de conciertos y fiestas Cero en Conducta ofrecieron este jueves en un "desayuno" organizado por la Rambleta y Caixa Popular su punto de vista sobre la industria y la escena musical valenciana. Los tres protagonistas explicaron -y reivindicaron-, sus formas de trabajar para atraer (y después retener) a nuevos públicos en una ciudad en la que -según se quejó Tono Hurtado, productor y bajista de Tardor-, "música sigue sin ser igual a cultura".

Tardor eran los veteranos de la charla. Acaban de publicar su cuarto disco, "El Mal Pas", con el que han realizado un giro radical en su carrera ya que han empezado a gestionar la banda desde la más absoluta independencia. Tras esta decisión, según señaló Àlex Martínez, compositor, voz y guitarra de la banda, se encuentra "el desencanto pero el resultado de 'Patraix', nuestro anterior trabajo, en el que hicimos una importante inversión porque esperábamos que fuera un punto de inflexión en nuestra carrera que no sucedió. Crecimos, pero al mismo ritmo que antes".

"También ha habido un desencanto con ciertos intermediarios hasta darnos cuenta de que como son nuestras canciones y nuestro proyecto, nadie gestionará Tardor con más cariño que nosotros", añadió, para concluir que "hemos aprendido a no ponernos objetivos y a hacer nosotros las cosas con tranquilidad y confianza, sin que la responsabilidad de ganar dinero caiga únicamente sobre las canciones".

Para el sello Futuras Licenciadas "el pop no es cosa menor", tal como advierte el eslogan de este novísimo sello discográfico valenciano y reivindicaron en la charla dos de sus responsables, Carlota Díaz y Miguel Alemany. Contaron que Futuras Licenciadas nació para publicar y promocionar "Tobillos", de Carlota, un sencillo de pop esencial de la Generación Z que les ha dado pie a marcarse unos objetivos principales como son "afianzarnos, ver cómo está la industria y pasar de la alegalidad a la legalidad".

Cero en Conducta son, según ellos mismos aseguran, "el McDonald's del buen gusto", un colectivo contracultural dedicado a organizar fiestas y conciertos para un público joven que hasta hace poco se mantenía alejado de las salas. Nacho Lloret, uno de los creadores del proyecto, explicó que el actual desafío de la promotora es "hacer rentable este proyecto". Aunque a veces los números no salen, reconoció haber afianzado ya un público entre la "comunidad de liados" que participa en sus eventos de música electrónica y el público digamos más clásico que acude a los conciertos.

Sobre el estado de salud de las escena musical valenciana, todos parecieron coincidir en que la situación no es mala (incluso que puede ser esperanzadora) aunque sigue lastrada en algunos aspectos. "Vamos a traer a Juan Wauters a València y llevamos vendidas 15 entradas -ejemplificó Nacho Lloret-, mientras que en Madrid y Barcelona han hecho 'sold out'. Reflexionamos mucho sobre cómo crear público, pero no tenemos respuesta".

"Yo he ido a muchos conciertos en salas y hasta hace poco yo era el único menos de 35 años que había entre el público -aseguró por su parte Miguel Alemany-. Ahora, gracias a iniciativas como Cero en Conducta, de gente de nuestra edad que conoce a otro tipo de bandas, eso ha cambiado un poco. Pero sigue siendo difícil porque la gente joven no puede pagar seis conciertos al mes".

Àlex, de Tardor, advirtió que en València hay muchos músicos pero pocas salas y poca gente que se arriesgue para promocionar la música. "Aquí siempre ha funcionado todo a base de círculos, con las mismas personas escuchando y contratando a los mismos grupos", aseveró el músico, quien en todo caso advirtió que en el circuito de música en valenciano sí participa mucho público joven que abarrota los conciertos, "pero ayuda que la mayoría son gratuitos y que suele ser música muy festiva".

El periodista Álex Zahinos, que actuó como presentador y moderador de la charla, planteó cómo incide en la escena y la industria musical valenciana que esta sea "tierra de macrofestivales". "El público de los festivales es diferente al de las salas -contestó Tono Hurtado-. Es gente más interesada en la fiesta que en la música, y me preocupa que el sistema que estemos construyendo sea ese, el de un público que va de fiesta y no a escuchar música".

"De todas formas -le relevó Àlex Martínez-, estamos convencidos de que acabarán sobreviviendo los grupos que llenen las salas y no los festivales, porque la burbuja de los festivales ha de explotar en algún momento".

Por último, sobre la relación entre los miembros de la escena musical valenciana, Carlota Díaz resaltó que entre las bandas más jóvenes (ella citó a Lisasinson y Mausoleo) sí existe algo parecido a una "comunidad porque estamos todos creciendo a la vez y nos vamos dando apoyo mútuo". Toni Hurtado, en cambio, aunque señaló la buena relación que mantiene con bandas en la onda de Tardor, consideró que en València "falta la sensación de 'germanor' o de gremio que sí existe en ciudades como Madrid o Barcelona". "Voy a conciertos y sigo viendo a pocos músicos entre el público", concluyó.